“Las cosas que no he escrito están mejor no escritas”

09 de Mayo de 2020
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Lapublicación de su gran novela, de esa que marca un antes y un después en lavida profesional de cualquier escritor, ha llegado casi al unísono que unacrisis sanitaria mundial sin precedentes. Lejos de amilanarse, Elvira Lindo(Cádiz, 1962) ha tirado para adelante con arrojo y determinación. Losprotagonistas de su historia, sus propios padres, se lo merecen. Porque este A corazón abierto (Seix Barral) es mucho más que unsincero y hondo homenaje a sus progenitores. Es la constatación de que la‘madre’ de Manolito Gafotas ha parido una novela mayúscula, de referencia eneste universo cada vez más poblado de la autoficción y la literatura de duelo,donde lo difícil no es entrar a formar parte de él sino perdurar en el tiempo.Voy con el resto a que ella lo conseguirá más pronto que tarde.


Sus padres convertidos en personajes literarios. ¿Cuándotomó conciencia por primera vez de que Antonio y Manuel serían algún día los protagonistas de un libro escritopor su hija Elvira?

Fue una decisión muy lenta. Yo tenía la idea de escribir un libro más convencional de recuerdos de mis padres siguiendo unorden cronológico. Pero de pronto supe que ellos se merecían más, que habíaque impregnar todo el relato de los elementos literarios de la ficción aunquelo que se cuente sea verdad. Así que decidí narrar cada historia que compone elpuzle argumental en presente y que yo sería la narradora, pero en cada una delas edades en que sucede cada capítulo. Cuando tuve la idea de multiplicarme envarias, la niña, el espíritu de la infancia, la adolescente, la joven, la mujermadura, tuve la sensación de haber encontrado la esencia del libro. Sin estaforma de narrar la novela no sería lo que ahora es.

Unapremisa de la que parte para escribir este libro biográfico novelado es la deser fiel a los hechos y, sobre todo, a sí misma. Es decir, escribir “a corazón abierto”. ¿Siente que lo halogrado?

La sensación que he tenido es de que no podía haberlo hecho de otra manera, que encontré el estilo apropiado para la narración. Esto es lo más difícil cuando escribes una historia: encontrar el punto de vista y el tono. En cuanto a escribir la verdad… He procurado ser absolutamente fiel al carácter de mis padres, respetarlos en su soberana forma de ser, no desvirtuarlos en función de lo que yo pienso ahora o juzgarlos con los parámetros del presente. Me parece que eso es lo que les da la autenticidad que tienen. No les he corregido, por así decirlo.

“Cuando tuve la idea de multiplicarme en varias, la niña, el espíritu de la infancia, la adolescente, la joven, la mujer madura, tuve la sensación de haber encontrado la esencia del libro”

¿En qué detalles puede percibir el lector queen su escritura ha actuado, ante todo, con una sinceridad a prueba de bomba?

Bueno, escribo sobre mí misma con mucha ironía, sin preocuparme de laimagen que el lector pueda hacerse de mí. Esas son las partes más humorísticasdel libro, que alivian por otra parte los momentos trágicos. Yo me divertíamucho entrando en mi mente infantil o adolescente y dejando que se expresarasin filtro.

Pese atodo, cualquier escritor que decide hurgar en su pasado familiar y exponerlo enla plaza pública se deja en la gatera secretos inconfesables. ¿Ha sido el casode su A corazón abierto por muy nimio que sea el casoconcreto?

Renuncié a un capítulo en concreto pero lo hice porque no estaba convencida de que aportara algo esencial. Mi marido, que es mi primer lector, estuvo de acuerdo. Las cosas que no he escrito están mejor no escritas. Ya llegará el momento de volver sobre algunas historias que hoy no sabría expresar.

“La ficción ha perdido la vieja intención de contar el mundo”

¿A qué cree que obedece esta tendencia yageneralizada de una corriente de escritores y libros que abordan obras de carácterbiográfico oautobiográficocon un componente familiar decisivo en su trama?

Esa tendencia siempre ha existido en la literatura. Yo tengo una estanteríadedicada a memorias, diarios, recuerdos… Lo que ocurre es que ahora mezclamos géneros y eso genera debates y teoríasliterarias. Pero son muchos los escritores que han escrito sobre su infancia.

¿Triunfanestos libros cada vez más entre los lectores, más que porimperativo editorial, por afán de curiosidad del lector y también muy por encima del deseo deconfesión del autor?

Triunfan  porque, es una opiniónmuy personal, la ficción ha perdido la vieja intención de contar el mundo y sepierde por terrenos más experimentales y más faltosde argumento. Así que el lector busca el argumento de la vida en estos géneros híbridos.

¿Conocíasuficientemente a sus padres ya desde su infancia o la escritura de esta obrale ha permitido adentrarse en vericuetos que le han hecho descubrir a unosnuevos progenitores después de tanto tiempo transcurrido?

Observé a mis padressiempre, desde que tuve uso de razón, con mucha curiosidad. Ellos eranatractivos y egocéntricos, cada unoa su manera. El narrarlos, el convertirlos en personajes me ha permitidocomprenderlos. Me he sentido muy arropada, muy protegida en su mundo. Me hacostado salir de él.

¿Losmiraba con los mismos ojos de niña que de adolescente, o ya de adulta? ¿hanevolucionado bien al paso de sus años?

La mirada ha ido evolucionando como deja patente el libro. En cada edad miré a mis padres de una manera. Ahora he vuelto a admirarlos como cuando era niña.

“Ahora he vuelto a admirar a mis padres como cuando era niña”

Padre bravucón y madre de corazón frágil. ¿Por qué los seres antagónicos en aparienciase atraen con tanta frecuencia? ¿es condición sine quanonpara el equilibrio y mantenimiento de la especie?

Ambos, cada uno a su manera, eran muy apasionados. Mi madre al ser másfrágil llevaba las de perder. Por un lado, está la atracción real que sintieron: el hombretónque atraía a mi madre; la mujer sensible y dulce que atraía a mi padre. Porotro, los condicionamientos de la época, que convertíaal hombre en dueño y señor de la vida de una mujer. Es difícil para mí imaginar cómo hubiera sido surelación si comenzara ahora. Conozco muy bien sus personalidades, pero la personalidadse ve influida por la cultura del momento. Mi madre hubiera sido una mujervulnerable pero habría estudiado, habría trabajado, y eso le hubiera dado armaspara tomar decisiones por su cuenta. Pero estoy convencida de que se hubieranatraído de igual manera. Se deseaban mucho y eso salta a la vista en fotos ycartas.

Y para terminar, una pregunta que nunca debe hacérsele a un niño: ¿a quién quiso más, a su padre o a su madre?

Le respondo con sinceridad: a los dos. Mi padre murió de viejo y pude conocerle más y compartir con él mi vida adulta. Pero mi madre me dejó mucha huella. Los dos me quisieron mucho. ¿Sabe por qué puedo comprenderlos a pesar de que a veces actuaran con egoísmo o arbitrariedad? Porque fui una niña muy querida. Ese es el tesoro que me permite hacer frente a la parte dramática de la vida.

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