Hágase la luz. Y la luz se hizo. Una travesía sonora y espiritual es lo que nos propone La luz sonora. Una aproximación a Arvo Pärt, obra publicada por la editorial Athenaica. Es un libro sobre un músico, pero es mucho más: una meditación en torno a lo invisible que vibra y se manifiesta en cada nota compuesta por el prestigioso maestro estonio. Mercedes Menchero Verdugo, la reconocida voz de Radio Clásica, a través de una narración descriptiva, imaginativa y poética, nos guía por un paisaje donde la espiritualidad no se predica, sino que se escucha.
Pärt, figura de silencio reverente y mirada profunda, compone una música que no busca adornar, sino desvelar. En su estética tintinnabular —ese estilo que evoca campanas lejanas, ecos sacros y resonancias del alma— cada pausa, cada acorde, cada repetición tienen un propósito: conducirnos hacia una esfera donde lo místico se entrelaza con lo humano. La música se convierte entonces en camino, en oración sin palabras, en luz que suena.
Los lectores de este libro, y los oyentes que gozan de estas músicas, colocados al otro lado del espejo, se ven llamados a recorrer la trayectoria que se dibuja entre el texto y las composiciones citadas en cada capítulo. Es un ejercicio de escucha y contemplación, de apertura a lo simbólico. El libro se convierte en una experiencia sensorial y reflexiva, donde se cruzan pensamiento y sonido, arte y naturaleza, palabra y misterio. La escritura de Menchero Verdugo es hilo conductor de esa búsqueda, como si tejiera, con frases claras y profundas y abundante en metáforas prolongadas, un puente espiritual entre el lector y el corazón palpitante de la música.
La banda sonora —o acaso el alma sonora— está ahí, tintinnabulando con delicadeza, como si caminara con pies descalzos sobre el horizonte. Las composiciones de Pärt resuenan como las palabras de un jinete silencioso que cabalga hacia la verdad y la belleza, dispuesto a descubrir ese punto de encuentro donde lo divino susurra y el ser humano escucha. Así, tras tan amoroso lance, podríamos decir como en el poema de San Juan de la Cruz: “Volé tan alto, tan alto que le di a la caza alcance”, o quizás en el de Juan Ramón Jiménez: “Y volaré tan alto, tan alto, que le daré a la aurora mi alma.”
El acercamiento de este ensayo literario a la música tintinnabuli de Arvo Pärt es, en sí mismo, un recorrido a través de la belleza. Una belleza profundamente cultural, que nos invita a relacionar estos sonidos con la luz detenida en los cuadros de Fra Angelico, con el ciervo simbólico presente en diversas religiones, con Petrarca, con los monjes del Monte Athos o con un paisaje de abedules, acianos y golondrinas.
Y detrás de cada palabra, resuena la música tintinnabular, definida como el resultado de una técnica compositiva profundamente espiritual y minimalista. Inspirada en el canto gregoriano y en la música medieval, esta técnica se basa en la interacción de dos voces: una que recorre una escala diatónica y otra que permanece en las notas de una tríada tónica, generando una sonoridad que evoca el tañido de campanas. Pärt describe su música como una búsqueda de unidad y simplicidad, en la que lo esencial prevalece sobre lo complejo y cada nota parece contener un significado trascendental.
La autora transmite estos contenidos con saber, imaginación y con una literatura sutil, un pensamiento culto y profundo y un lenguaje tan denso como sencillo.
Si, además, experimentamos el efecto conjunto de la lectura y la escucha, nos encontraremos ante la creación de una atmósfera meditativa que invita al silencio interior y a la contemplación. En ese espacio de resonancias aparece el fascinante Arvo Pärt, quien “liberó su voz y su piel tras dejar atrás la alambrada de púas de la música modernista y la presión ideológica y censora del régimen político al que estaba sometido su país”. En esos sonidos tintineantes de voces e instrumentos se refleja el ser de un nómada eterno que va al encuentro de Dios con ese modo tan singular de escuchar la vida en el silencio de unos atriles entre los árboles.
La luz sonora. Una aproximación a Arvo Pärt, de Mercedes Menchero Verdugo, es sin duda, una lectura muy recomendable para quienes disfrutan de la música minimalista del compositor estonio, para quienes saborean la buena literatura y para todas las personas que aún conservan sensibilidad y amor por la verdadera cultura.