El nirvana está aquí: Héroes de extrarradio

10 de Enero de 2025
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El Nirvana está Aquí

Entre la avalancha de novedades estrella que abarrotan los catálogos en esta temporada del año, corre el peligro de pasar desaparecida la publicación de El nirvana está aquí, de Mikael Ross, en la colección Sillón Orejero de Astiberri, lo que ya es a priori un indicador de calidad. ¿Y quién es Mikael Ross? Pues, para quien aún no lo sepa, se trata de uno de los valores más destacados en la escena del nuevo cómic alemán, un autor cuyo nombre está traspasando fronteras a golpe de talento. Su novela gráfica Aprendiendo a caer, publicada en España por Reservoir Books, mereció en 2020 el premio Max und Moritz, el galardón más prestigioso del sector en Alemania; y también ha llegado a nuestro país su atípica biografía en viñetas sobre los primeros años de Beethoven, El joven Ludwig. Con estos antecedentes, no podemos sino tomar en serio la nueva propuesta de Mikael Ross, Der verkehrte Himmel, que literalmente significa "el cielo del revés" y que se ha traducido como El nirvana está aquí (no por capricho, como veremos en breve).

A lo largo de sus generosas trescientas y pico páginas, este cómic sigue las andanzas de un grupo de chavales en un entorno urbano recreado tan vívidamente que funciona como un personaje más: el distrito multicultural de Lichtenberg en Berlín, con sus impersonales bloques de pisos, sus polígonos industriales, sus huertos urbanos y sus mercadillos. Aunque el elenco es más bien coral, la protagonista principal es Tâm, una adolescente de ascendencia vietnamita. Las referencias a la cultura de Vietnam son constantes a lo largo del cómic, empezando por el título ("El nirvana está aquí, nueve de cada diez veces" es el último verso de un poema de Ho Xuan Huong, una importante autora de la literatura vietnamita). Tâm, a caballo entre las dos culturas, lleva una vida tan común, corriente y despreocupada como tantos otros chavales berlineses de su edad; pero, a consecuencia de una cadena de casualidades, se ve involucrada en asuntos muy de mayores: tan de mayores como el tráfico de personas y las mafias internacionales que lo manejan. Al encubrir a una joven sin papeles que ha conseguido escapar de una red de trata, Tâm y sus compañeros se asoman a un submundo turbio y peligroso que son incapaces de comprender en toda la dimensión de su horror: las cloacas de la globalización, el crimen organizado y la existencia de personas en los intersticios del sistema, un lugar donde no existen los derechos humanos más básicos. El choque entre el mundo, aún infantil, de los protagonistas y la realidad que entrevén en su aventura es el motor de esta historia, que poco a poco se va desvelando como un thriller en toda regla, con sus consabidas escenas de tensión, salvamentos in extremis y persecuciones adrenalínicas.

Pero El nirvana está aquí va mucho más allá del patrón Stranger Things que presenta a un entrañable grupo de chavales que se enfrentan a las fuerzas del mal haciendo pandi con sus bicicletas y triunfando sobre adultos chungos armados con automáticas. Mikael Ross desarrolla la trama de una forma tan inteligente como coherente, huyendo de los tópicos y evitando caer en la tentación de resolver la historia en un happy end al uso que deje al lector con la conciencia tranquila. Al fin y al cabo, Ross está poniendo sobre el tapete una problemática social muy dura, y lo hace con el respeto y la profundidad que merece.

Y "profundidad" es una palabra aplicable a todos y cada uno de los personajes de El nirvana está aquí, que están brillantemente construidos. La mayoría son adolescentes, lo que no significa que no deban ser complejos. Al contrario, son muchas las fuerzas que entrechocan en la pubertad, aglutinadas por una personalidad única que lucha por abrirse paso, y esta efervescencia está magistralmente reflejada en el retrato psicológico de los principales protagonistas del cómic: Tâm, su compañero de instituto Alex y Ham Bing, la sin papeles: una persona que vive en la cuerda floja, zarandeada por el azar y por los caprichos de las mafias como una mercancía más, una mercancía profundamente humana. Cada cual a su manera, se trata de personajes complejos, contradictorios, multidimensionales; pueden ser divertidos y antipáticos, capaces de los actos más generosos y los más cobardes; experimentan momentos de liviandad, de rabia, de aburrimiento, de contemplación o de tierra trágame, y tienen arranques impredecibles, especialmente en situaciones bajo presión. Por eso son tan de verdad, por eso nos importa lo que les pase y nos implicamos emocionalmente en la historia.

Además, la viveza multicultural de Lichtenberg está reproducida con el desparpajo de un Ivá. La extraordinaria traducción de Itziar Hernández Rodilla consigue transmitir muchos de los matices de la jerga de barrio, aunque seguro que otros muchos giros de argot en el lenguaje de los quinceañeros germano-vietnamitas que protagonizan el cómic quedan irremediablemente lost in translation.

Todo ello va arropado en el lenguaje visual de Mikael Ross, que sintetiza lo mejor de las tradiciones europea y japonesa: el trazo me recuerda a un Joann Sfar con sutiles toques de manga. Con este estilo sólido y homogéneo Ross cubre sin fisuras el amplio espectro de registros en que se desenvuelve la trama: del suspense a lo íntimo, del humor a la acción. Es de destacar su ejemplar uso de los efectos de trama mecánica, su equilibrado blanco y negro, así como su impactante uso simbólico del color rojo. Hay un par de momentos en el cómic en los que se rompe inesperadamente la monocromía e irrumpen en la página manchas nebulosas de rojo, el color del amor o del deseo (¿y del nirvana?): un recurso que produce un poderosísimo efecto emocional en el lector, y que Ross sabe dosificar para pillarnos por sorpresa (la primera vez que aparece es en la página 192). Los pelos como escarpias.

A la vista de todo lo reseñado, podemos reconocer sin ningún género de duda a Mikael Ross como una de las voces más valiosas del actual panorama del cómic alemán y europeo y a El nirvana está aquí como uno de los mejores cómics que nos trajo el año 2024. Que no se os pase por alto.

El nirvana está aquí, de Mikael Ross. Astiberri, 344 páginas, 25 €.
El nirvana está aquí, de Mikael Ross. Astiberri, 344 páginas, 25 €.

 

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