“No le pido a una novela más que me llame en susurros desde lejos”

19 de Noviembre de 2022
Actualizado el 02 de julio de 2024
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No es en absoluto fácil debutar en el género de la novela negra como lo hace el sevillano Antonio Guisado, con afán de altos vuelos y una ambiciosa capacidad de tirar por elevación para llegar con este primer impulso a una marca notable. La muñeca (Siruela) equilibra a la perfección tres géneros que se respetan tanto que escasas veces se tocan entre ellos en una sola obra, y mucho menos se entremezclan. Esta es la osadía de Guisado, que no tiene ningún miedo a dotar de una admirable tensión estilística su primera incursión en la literatura, con buenas dosis de terror, thriller y el policíaco más clásico para mantener en vilo al lector de principio a fin.

La muñeca es su primera incursión en el género negro. Y lo hace a lo grande: aunando thriller, terror y policiaco. ¿Un escritor debe ser ambicioso desde sus comienzos?

Nunca me lo había planteado así, pero supongo que sí. Es casi lo único que tiene para empezar, aparte de las ganas de escribir y ser leído. Yo intento escribir cosas que me gustarían, de leerlas desde el otro lado; no podría hacerlo de otra manera. Supongo que el que le pueda gustar a más o menos lectores lo que escribo solo depende de que coincida con más o menos gente en los gustos de lectura.

La literatura no ha sido hasta ahora su principal profesión. No es el primer giro que ha dado a su vida, también hace una década decidió dejar el ámbito comercial para enfocarlo hacia el mar. ¿Qué espera del complicado mundo de la literatura?

Alguien me dijo una vez algo así como que «cuando trabajas en lo que te gusta, dejas de trabajar». No es del todo cierto, pero sí lo es que la vida es muy corta para derramarla a disgusto. A mí me gusta especialmente una frase que leí eN un libro en boca de algún personaje. Siento no recordar dónde ni cuál, pero sí recuerdo casi exactamente las palabras: «lo difícil no es ganar dinero sin más —se lamentaba—. Lo difícil es ganarlo haciendo algo a lo que merezca la pena dedicarle la vida». Más o menos, y diría que de eso se trata. Ya que hay que trabajar, y la mayoría de nuestras horas diarias las invertimos en ello, que sea lo más a gusto posible. De la literatura… Lo espero todo, como el chaval que juega al fútbol en su barrio sueña con ser futbolista en primera división, o el músico que toca en un garito lo hace con llenar estadios. Esperar menos sería algo así como pedirle salir a la que no te gusta por miedo al rechazo de la que amas. Puedo esperar, pero por algo por lo que valga la pena hacerlo. Al fin y al cabo, comencé a escribir de adolescente, puedo esperar un poco más. Escribir merece la pena.

“De la literatura lo espero todo, como el chaval que juega al fútbol en su barrio sueña con ser futbolista en primera división”

¿Por qué precisamente ahora un thriller policiaco? ¿Es el género en el que le gustaría quedarse dentro de la literatura?

¿Por qué no? Dicen que está en su mejor momento. En cualquier caso, bajo mi particular clasificación de géneros, y esto es personal, no la encuadro exactamente como un thriller policiaco, aunque no se puede negar que lo sea; tampoco la veo como una novela de terror, y algo de terror tiene; en cuanto al thriller, siempre me ha parecido un término demasiado amplio, donde me parece que cabe casi todo sin definir nada. Suspense sí que tiene, eso es innegable, si calificamos el thriller como tal. Tampoco la encuadraría en la tradicional novela negra, aunque pueda ser una de ellas, aún teniendo algún elemento que se sale del género, y creo que me siento cómodo ahí, en tierra de nadie y en todas a la vez. No me encuentro en la necesidad de elegir, pudiendo picar de todo un poco. Digamos que me gusta más el buffet libre que el menú cerrado.

¿Cree que está lo suficientemente reconocido en el mundillo de la literatura el género policiaco?

Rotundamente no. Yo mismo no lo hago, ¿qué puedo decir? Son obras tradicionalmente orientadas al entretenimiento, y esto las inhabilita de manera extraoficial para reconocerlas como se debe. La calidad está asociada por tradición al aburrimiento y la complejidad, de cierta manera absurda, cuando lo que debería primar es la música de las palabras. La poesía es el sitio perfecto para vislumbrar esto. No siempre lo más abigarrado y florido es más sublime, ni provoca más movimiento allá donde se acomode el alma. A veces un par de palabras simples bastan para llegar hasta ella; preguntémosle a Bécquer.

¿Qué podrán encontrar los lectores en La muñeca?

Sin duda, una historia con la que entretenerse, ¿no se trata de eso? Yo no le pido a una novela más que, una vez empezada, a lo largo del día el cuerpo me pida volver a casa y coger el libro para arañarle algunas páginas. Que me llame en susurros desde lejos. Ni más, ni menos; que no es poco. Que eso se consiga con un poco de terror, suspense y policía es circunstancial y depende de los gustos personales de cada uno. Hay quien encuentra lo mismo en la novela romántica o la fantástica, la ciencia ficción… Más que cualquier otra cosa, el objetivo es no aburrir, pasar un buen rato.

“Me siento cómodo ahí, en tierra de nadie y en todas a la vez”

Su novela evidencia que el pasado siempre vuelve llamando a nuestras puertas, aunque no queramos abrirle. ¿Es mejor afrontar la realidad de frente por muy difícil y cuesta arriba que se nos haga?

Lo queramos o no, la realidad es lo único que tenemos. Lo demás sería engañarnos, jugar al avestruz, y en estos días salvajes que vivimos, el del avestruz es un juego peligroso. Recuerdo muchas veces una noticia de hace algunos años: veía en la televisión que una mujer había salido vestida de novia a dar la vuelta al mundo andando, o algo así, convencida de la buena fe de la especie humana en general. La noticia fue que no llegó a pasar de oriente próximo, si no recuerdo mal. Era una visión bonita del mundo, pero no tenía en cuenta la realidad.

Es complicado extraerle a un escritor de novela negra los ingredientes del cóctel perfecto para el éxito editorial, pero imagino que usted tendrá su propia pócima, ¿no es así?

No se podría decir mejor, tengo la mía; en literatura es imposible tener la de otro, por mucho que se intentase. Una novela es demasiado extensa como para pretender imitar a cualquier otra mano más allá de unas líneas. Como en el tenis, no te puedes esconder detrás de nadie, juegas con lo que tienes y con lo que aprendiste, y nadie le va a dar a la bola por ti. Ya, que mi pócima coincida o no con la del éxito editorial no está en mi mano, y supongo que está compuesta por un cóctel de lo que conseguí exprimir de todas mis lecturas y autores anteriores; de eso, y de lo que cada uno como individuo puede sumar al conjunto, si no restar; no creo que pueda estar compuesta de otra cosa.

Aunque de inicio se compara su novela con el maestro de maestros Stephen King, ¿de qué autores bebe Antonio Guisado?

De muchos, y de bastantes menos de los que me gustaría. La vida es demasiado corta para poder leer todo lo que a cualquier amante de la lectura le gustaría; y además hay otras cosas, que tampoco están nada mal, y el tiempo es igual de escaso para todas. Si tuviera que elegir a algunos, el primero sería Poe. Él fue el resorte que me obligó a escribir. Antes Bécquer había allanado el camino. A King, curiosamente, lo descubrí hace pocos años. Era uno de esos autores que siempre había dejado de lado, influenciado por la estúpida idea de que lo comercial debe estar reñido con la calidad. Entre medias, tienen importancia algunos como Shakespeare, o Dumas, por ejemplo, al que se hace referencia en La muñeca; Pérez- Reverte, si nos quedamos en la España presente… son tantos que sería imposible nombrarlos. Leo cualquier cosa, y casi cualquier género. Últimamente leo mucho a John Connolly. También lo descubrí no hace mucho y es un autor que me ha sorprendido.

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