Desde que comenzamos la novela Al otro lado del miedo, de la escritora e historiadora del arte Marta Orriols (Destino), traducida del catalán al castellano por Manuel Pérez Subirana, sabemos que nos encontramos ante una de esas novelas que captan la variabilidad de las emociones, ese momento de cambio psicológico o de duda existencial tan difícil de atrapar en palabras, pero en el que Orriols es maestra.
El personaje principal de este libro es una responsable de conservación de obras de arte que ve fijado su dilema vital en cómo avanzar en su vida tras un divorcio y con dos hijos que parecen más apegados a su exmarido que a ella. Sin embargo, el hilo argumental no cae en dramatismos y ninguna reflexión es gratuita. El conflicto es solo una excusa para avanzar en un psicologismo filosófico que, en este caso acertadamente, consigue lo que la protagonista piensa en algún momento de la novela: <<Una percepción alternativa del tiempo, por así decirlo. No el tiempo de ruido, de la calle, del murmullo de fondo, sino ese otro tiempo eterno y quieto, el que en un momento determinado hacía que te preguntases qué diablos debías hacer con tu vida.>>
Además de los temas sociales, como el cambio climático o la (auto)explotación laboral, o las referencias culturales (la narrativa de Lucia Berlin, pinturas de vírgenes del Románico) bien traídas, la novela destaca principalmente por la fuerte personalidad de esta protagonista y su búsqueda incesante y nada tópica del sentido de la vida de la mujer de mediana edad, tratada con abundante inteligencia y agilidad narrativa.
