Pese a que el ensayo es un género que suele considerarse demasiado denso para el período estival, no está de más un poco de food for thought en esos ratos de playa o de siesta, con escritos divulgativos de calidad que nos descubran nuevas miradas. He aquí tres recomendaciones.

Hábitos para ser el número 1, del dr. Juanjo López (Espasa). Un libro basado en la experiencia del médico del tenista Carlos Alcaraz, quien escribe este libro advirtiendo sobre los beneficios de hacer ejercicio físico y los perjuicios de no hacerlo. Muchos consejos para moldear nuestros hábitos. También repasa otras costumbres contemporáneas, como el uso de redes sociales, ideando nuevas rutinas para moderarlas.

El rostro y sus máscaras,de Mario Satz (Acantilado). El autor analiza cómo han actuado la máscara y el espejo en distintas tradiciones, llevando a cabo un análisis sobre la autoimagen en las diferentes culturas. El trabajo documental que ha llevado a cabo es ingente, y sin embargo es un ensayo fácil de leer y que va a dar mucho que hablar en una época en que el narcisismo es demasiado habitual.

Cómo ser una mujer en el Renacimiento, de Jill Burke (Crítica). Dando voces a mujeres silenciadas en el Renacimiento, como escritoras artistas, etc., la autora realiza un repaso de los manuales de belleza del Renacimiento y de varios escritos que testimonian cómo se exigía a las mujeres cumplir unos cánones de belleza muy específicos, lo cual devenía (al igual que hoy) en quebraderos de cabeza, gastos ingentes y una sociedad más exigente con las mujeres que con los hombres.