Una carrera y diez lecciones

08 de Marzo de 2017
Guardar
1-3
Hoy he salido a correr y a los pocos minutos de empezar a trotar he oído LA VOZ. Y no me refiero a nada relacionado con el programa de televisión, sino a una voz dentro de mí.Muy de vez en cuando oigo una voz en mi cabeza. Es una voz clara, grave y autoritaria que usa siempre el imperativo. La última vez que la oí me dijo: "RÁPATE LA CABEZA."  Y así lo hice. Espero que nunca me diga cosas como "MATA AL VECINO" (Aunque lo cierto es que mi vecino se lo está ganando a pulso.)Hay gente que llamaría a esa voz "Mandato del ello" o "Conciencia" o "Dios". Yo la llamo “LA VOZ” porque… bueno, pues porque es una voz.Como contaba, he salido a correr después de algún tiempo de inactividad física y LA VOZ me ha dicho: "FÍJATE"Y eso he hecho. He corrido fijándome en cada pequeña cosa que sucedía y he obtenido diez lecciones de vida que ahora comparto aquí porque soy una tía muy generosa. De nada.Como hacía algún tiempo que no corría, el principio me ha resultado fatigoso, pero mi cuerpo enseguida ha recordado el movimiento, se ha adaptado al esfuerzo y lo que se avecinaba como un rato jodido ha sido más llevadero de lo que parecía.LECCIÓN UNO: Muévete. Las cosas parecen más difíciles cuando las piensas que cuando las haces.He decidido trotar por una ruta circular que recorro con frecuencia pero en sentido contrario, con lo cual los desniveles y las sensaciones han sido muy diferentes.LECCIÓN DOS: Para propiciar lo distinto, para vivir cosas nuevas, a veces ni siquiera hay que cambiar de camino, sólo de forma de andarlo.He visto un animal a lo lejos, suelto, al lado de una valla. Al principio me ha parecido que era un perro gigante, pero al acercarme más ha resultado ser un poni.LECCIÓN TRES: Ponte las putas gafas.Me he parado al lado del poni, un animal hermoso. Mi intención era acariciarlo, pero he recordado que el cómico Louis CK cuenta en uno de sus bloques que un poni mordió a su hija. Por lo visto, pese a su apariencia tranquila, algunos de esos caballos en miniatura son muy agresivos. Así que he retirado la mano con la que iba a acariciar al animal y, justo con ese movimiento, el poni se ha sentido amenazado y ha hecho un gesto muy extraño que podía haber acabado en mordisco. Me he alejado de allí.LECCIÓN CUATRO: Las apariencias engañan, que algo parezca cuqui no significa que lo sea. LECCIÓN CINCO: ¡Claro que ayuda ver comedia americana! LECCIÓN SEIS: Al loro con las distracciones, nena ¿No has salido a correr? ¿Para qué cojones te paras a tocar a un poni?  Me he cruzado con varios corredores más, todos iban en sentido contrario al mío.LECCIÓN SIETE: No hay direcciones correctas o incorrectas, sólo diferentes elecciones.Al hacer el camino en sentido contrario al habitual, la cuesta abajo que hay hacia la mitad del camino y que normalmente sirve de descanso a mis piernas, hoy se ha convertido en cuesta hacia arriba y por lo tanto, en un suplicio.LECCIÓN OCHO: Si todo el mundo va en el mismo sentido, por algo será, flipada.He salido a correr sola y he echado mucho de menos cuando salía a correr con mis amigas.LECCIÓN NUEVE: Todo es más divertido si andas acompañada. Pero al final, las piernas que te sostienen, el corazón que bombea y los pulmones que te permiten respirar son los tuyos, el esfuerzo lo tienes que hacer tú. En el fondo todos estamos solos, aunque mola mucho hacer como que no.Tras un rato corriendo, he sentido la necesidad de escupir. He escupido flojito y como yo me movía avanzando, por pura lógica física, el escupitajo me ha caído a mi misma encima.LECCIÓN DIEZ: Si vas a escupir, escupe fuerte. Y ya está. Me despido sintiéndome un poco como Paolo Cohelo, pero en guapa. Dejo de escribir porque LA VOZ me acaba de decir: “HAZ LA CENA, QUE YA ES HORA.”
Lo + leído