La directora general adjunta de la Fundación Bancaria ”la Caixa”, Elisa Durán; la directora de la Fundació Joan Miró de Barcelona, Rosa Maria Malet, y el comisario jefe de exposiciones del Salvador Dalí Museum de Saint Petersburg (Florida), William Jeffett, han presentado hoy en CaixaForum Madrid la muestra Miró y el objeto. La organización conjunta de esta exposición entre la Obra Social ”la Caixa” y la Fundació Joan Miró de Barcelona representa el punto álgido de una relación histórica entre ambas instituciones.De hecho, la relación de ”la Caixa” con Joan Miró va mucho más allá de la organización de exposiciones y proyectos culturales conjuntos. Hay que recordar que el propio logotipo de ”la Caixa”, la famosa estrella azul, es una creación del artista hecha expresamente por encargo de la entidad en 1979. En el marco de las grandes alianzas que ha tejido la Obra Social ”la Caixa” en los últimos años, también colabora con la Fundación Joan Miró en la organización del Premio Joan Miró, así como en las exposiciones de la obra del artista ganador que se derivan. El último proyecto conjunto, Miró y el objeto, cuenta con la labor curatorial del comisario William Jeffett, responsable de exposiciones del Salvador Dalí Museum de Saint Petersburg (Florida, Estados Unidos) y reconocido experto en la obra mironiana, así como con el apoyo del Departamento de Conservación de la Fundació Joan Miró. La exposición parte de la inclinación constante del artista hacia los objetos, que lo lleva a recolectar durante toda su vida los hallazgos más variados con la intención original de ambientar su taller y crear una determinada atmósfera creativa. Miró comparte con los dadaístas y surrealistas la predisposición por la sorpresa, y con su característica sensibilidad poética acaba encontrando una fuente de inspiración en estos descubrimientos accidentales.De esta manera, muy pronto, este gusto que Miró siente por el objeto le lleva a representarlo en sus pinturas y a incorporarlo luego en sus collages, cerámicas y esculturas. Miró lo relataba con estas palabras en una carta de 1936 a P. Matisse: «Me siento atraído por una fuerza magnética hacia un objeto, sin premeditación alguna, luego me siento atraído por otro objeto que al verse ligado al primero produce un choque poético, pasando antes por ese flechazo plástico, físico, que hace que la poesía te conmueva realmente y sin el cual no sería eficaz.» La muestra se despliega en seis ámbitos de estudio que investigan cómo el artista evoluciona desde la representación pictórica del objeto hasta la incorporación física del mismo en la pintura, a través del uso de procedimientos como el collage y el assemblage. Un proceso que, en muchos aspectos, significó, a finales de los años veinte, un desafío frontal a las artes plásticas. En palabras de Jeffett, «ya en 1927 [Miró] había utilizado la expresión “quiero asesinar la pintura” para expresar que quería destruir una cierta idea de la pintura entendida como pintura de caballete o tela. Esto le llevó enseguida a utilizar objetos y assemblages de objetos colocados en una relación poética que sugería una forma de representación más allá de la pintura, una intervención en el mundo real.»La exposición hace patente cómo, en la década siguiente, el artista va introduciendo gradualmente materiales más heterodoxos y antiartísticos en su obra hasta considerar su propia pintura como un objeto, igual que las imágenes pictóricas generadas por la aplicación del collage. Una transformación que revela su profunda crisis respecto a la pintura convencional y que sitúa al objeto en sí mismo en el centro de una nueva orientación poética en su obra. Miró y el objeto evidencia cómo esta tendencia culmina tras la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial, con la incursión de Miró en la cerámica y la escultura. Una línea de trabajo esencial durante los últimos años de su trayectoria, como lo fue también el denominado segundo «asesinato de la pintura» o «antipintura». Sobre este concepto, Jeffett apunta: «Miró exploró por primera vez la idea de la antipintura en 1930 en una serie de telas en las que calculó con gran precisión la composición para luego eliminarla tachando la imagen. […] En 1974 Miró realizó una serie de telas quemadas para su gran retrospectiva en el Grand Palais de París. Al mismo tiempo, propuso una serie de esculturas en bronce, hechas también a partir de assemblages de objetos, cerámicas y tapices, como expresiones poéticas más allá de la pintura». Obra Dosier de prensa 5 nueva, radical y desafiante que lo posicionaba como un creador vital e innovador. El artista tenía 81 años. Obras de colecciones públicas y privadas de Europa y América Sostienen el relato de la muestra un total de 109 obras, entre pinturas, cerámicas y esculturas, que abarcan un extenso período que va desde 1916 hasta 1981 y que proceden del fondo de la Fundació Joan Miró y de las principales colecciones públicas y privadas de Europa y América. La exposición incluye, además, una selección de objetos originales que el artista coleccionó a lo largo de su vida como fuente de inspiración o material para sus composiciones.
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