Benito Villamarín (1916-1966) lleva años removiéndose de la tumba. El que fuera presidente del Real Betis Balompié (1955-1965) da nombre a un estadio donde ocurren gozos, fiascos y toda clase de eventos. La ‘marca Betis’ le da alegrías por la última Copa del Rey que ganó con denuedo la formación verdiblanca y pasear el escudo por Europa aunque sin triunfar como su eterno rival hispalense. El estadio bético ha conocido actos multitudinarios de los Testigos de Jehová, eventos y celebraciones verdiblanca, partidos donde salen los aficionados pletóricos o cabreados. Hace días, el único concierto español de Gun & Roses se llenó de rockeros. Pero el pleno que logró Alejandro Sanz, bético confeso, colmató el estadio de seguidoras entregadas.
El Corpus del 2022 sevillano se presentaba concurrido de actividades. Temprano se desempolvaron los chaqués de autoridades para procesionar con imágenes desde la Catedral. Miles de fervorosos acompañaron a la Custodia de Arfe, miles de sudorosos feligreses se sacrificaron por la causa.
Por la noche habían dos citas hispalenses. Dior, la famosa marca gala del lujo y diseño, tenía cita en Plaza de España para retornar a 1.000 clientes del globo compras superiores/año a los 100.000 euros. Dichos VIPs disfrutaron de modelos, casetas de feria y la Sevilla de Lunita Plateada.
Alejandro tenía cita con sus fans en el Estadio bautizado por un gallego afincado en Sevilla. Casi 50.000 colmataron el Villamarín. La velada del concierto prometía. Extremas medidas de seguridad garantizaron que nada ocurriera por la felicidad de no ver defraudadas las expectativas. La aplastante mayoría femenina que adora a Sanz tenía tatuado su nombre, pintadas sus iniciales y esgrimía sonrisa ansiosa de tenerlo muy cerca.
Si el fútbol tiene Catedral en San Mamés, Basilica en el Camp Nou o Bernabéu, la Meca de Alejandro Sanz la compartían el estadio bético, su ego e incondicionales llegados desde toda Andalucía. Fuera del Villamarín hacían cola autobuses, motos y policías ordenando el tráfico. Dentro había militancia por un cantante que no podía defraudar a su parroquia.
El concierto
La llegada de Sanz al escenario fue aclamada. Antes, unos videos de torso desnudo, tatuajes con detalle y planos donde la parte más íntima del cantante encantaron a sus seguidores. Los gritos de las fans acumulaban promesas. El star-system patrio funciona así. Años de tablas crearon un mito que, como veremos, devino en divo sin perder identidad, raíces y sustancia artística.
Los temas que fue cantando el madrileño-gaditano e Hijo Predilecto de Andalucía los ovacionaba el respetable. Elevaba el micrófono Sanz muchas veces porque el personal se sabía las letras. Y prefería que le hicieran de coro a las excelentes palabras que compartía. Vestido de traje blanco y camisa negra (como los buenos flamencos) el también músico enseñó a la parroquia lo bien que toca la guitarra y hasta el teclado del piano.
El cancionero de Sanz repasó sus inicios, hits y más conocidos temas que, repetimos, sabía compartirlos con quienes pagaron entrada para el concierto. Los músicos, coro y solos instrumentales estuvieron a la altura de la voz principal de Sanz. Pero el talento y valía de la banda precisaba algo más de darle la mano al final de concierto. Quien suscribe da los créditos de los artistas tras desecharlo Sanz.
La mera presencia en el escenario de Niña Pastori arrancó más aplausos en un atiborrado Villamarín. La cantante-cantaora total sumó garra y fuerza vocal a Sanz, que acusa el paso de los años en sus cuerdas vocales
El público se sabía las letras al dedillo, pero Alejandro Sanz declinó presentar uno a uno, una a una, su excelentes músicos y vocalistas. Esperemos tome nota de la descortesía. Hasta el más humilde cantaor identifica y presenta a su guitarrista o bailaora. Sanz, apunta.
La mera presencia en el escenario de Niña Pastori arrancó más aplausos en un atiborrado Villamarín. La cantante-cantaora total sumó garra y fuerza vocal a Sanz, que acusa el paso de los años en sus cuerdas vocales. Qué decir de La Pastori: genial, genial, genial.
Tras la gaditana, Sanz le echó arrestos al tema ‘Amiga Mía’ que venía al pelo. El coro estaba feliz, la peña estaba próxima al éxtasis. En estos menesteres Sanz tiene muchas tablas. Las gargantas de la concurrencia se apoderaban del escenario, como los cantes de ida y vuelta. Con palabras de ’Mi persona favorita’ y el legendario ‘Corazón partío’ parecía todo acabado. Craso error.
Buscando más intimidad y complicidades del público, Sanz prescindió de su banda, se apagaron las luces y tronó ‘Más’ y ‘Hoy no estás’. Temas acústicos adivinaban el epílogo del concierto. Y así fue.
Fin de fiesta
Con más de dos horas en el escenario Alejandro Sanz repetía las gracias al público, fue parco y parecía vindicar algún bis. Nada se movía del asiento porque se mascaban sorpresas. Y llegaron bastantes.
Un numeroso grupo de personas compareció en el escenario. El fin de fiesta no parecía improvisado. Joaquín Sánchez, capitán e ídolo bético, plasmó el éxtasis del que hablamos. No canta, sabe darle al balón, pero se marcó un bailecito que fue agradecido especialmente por los/as béticas del universo, bastantes ataviadas con camisetas verdiblancas. Sanz se sabe criaturita, si usáramos el palabro de Lopera para identificar a los fans béticos.
Nuevamente Niña Pastori capitaneó, con su proverbial voz, el fin de fiesta. Sanz ahí era uno más, se le veía emocionado ante tanto flamenquito del bueno. El final del concierto fue antológico. Pastori iluminada, su marido –Chaboli- estaba cerquita. Jessica La Flaka arrasó con voz, como lo hace su pareja, Junior el rapero flamenco trianero.
Alejandro se despidió con un ‘ea, a dormir’. Y sus fans le obedecieron absolutamente satisfechos. Tampoco identificó al arte del fin de fiesta, pero se ve que es costumbre en un divo de su nivel. El cronista al despedirse del Villamarín preguntó a varias asistentes si no les había gustado el concierto de Sanz. Ninguna contestó, sólo sonreían. Estaban felices, sintieron el clímax, el éxtasis, que aún genera Alejandro Sanz, el bético que actuó en el campo del Betis, sin darle al balón. Benito Villamarín merece relax eterno. DEP.
Repertorio:No es lo mismo, Lo que fui es lo que soy, Deja que te bese, El alma al aire/ Hoy llueve, hoy llueve, Desde cuándo, Looking for Paradise, Mi marciana, Mares de miel, La fuerza del corazón, Iba, Cuando nadie me ve, Amiga mía, Yo he sido tan feliz contigo /Hay un universo de pequeñas cosas, Mi persona favorita, La Habana, La rosa, Corazón partío, Hoy que no estás, Viviendo deprisa, Lo ves, Mi soledad y yo, Y su fuera ella, Ese último momento.
Ficha Técnica:
Estadio Benito Villamarín (Sevilla), Lleno
Jueves 16 junio 2022, desde las 21:45
Michael Ciro, director musical y guitarra
Alfonso Pérez, director musical, piano, guitarra y coros
Helen De La Rosa, batería
Brigitte Sosa, bajo y teclado
Pau Figueres, guitarra y coros
Glenda del E, piano, teclados y coros
Chris Hierro, órgano, teclados y coros
Crystal Torres, trompeta y coros
Carlos Martín, trombón, trompeta y percusión
Vic Mirallas, saxofón, piano, guitarra y coros
Txell Sust, coros
Karina Pasian, Vocalista