No hace falta ser muy perspicaz para ver que la Música es la gran olvidada de las Artes, cuando se trata de recuperar patrimonio o de dar salida a ese trabajo lento que es la composición no popular, muchos son los llamados pero pocos escalan las montañas sinfónicas. Podrá usted encontrar reproducciones de esculturas, de pinturas y hasta pines con la fachada de una catedral, podrá identificar las obras y sus autores, pero ¿le informan sobre quién componía en ese templo en 1749 y cómo era su música o le muestran sus partituras?, le enseñarán cantorales gigantes y facistoles ¿pero saldrá de allí sabiendo cómo era la música de 1278 ó de 1645? A veces se da hasta el desacierto de oír “cosas” que tratan de parecerse a otras épocas, y no pasa de organillo con la cabra...
Ver la labor del Trío Arbós a lo largo de casi tres décadas recuperando música española es emocionante, porque prueba que alguien se ha dado cuenta de este déficit y pone de su parte (lo que algunas instituciones no hacen) para que otros podamos disfrutar de algunas obras maestras, tanto contemporáneas, vivísimas, como repertorio de cámara de la segunda mitad del XIX en adelante.
Acaba de salir al mercado (y las plataformas) un disco dedicado al Concerto per clavicembalo (o pianoforte)... de Manuel de Falla, que para mí pasa a ser una referencia mayor si no la referencia. Empezaré por detalles que se dan por hecho pero no son frecuentes: el disco suena maravillosamente, con una presencia equilibrada de todos los instrumentos que permite a un volumen moderado oír la partitura con claridad, ver cómo juegan los timbres unos con otros; además, el libreto, firmado por el pianista Juan Carlos Garvayo, contiene un ensayo sobre la obra y su significado, sobre el personaje Falla y los pormenores de la composición, sobre sus influencias en Joaquín Nin-Culmell y Carlos Suriñach y otros músicos, sobre el significado de esta música en su contexto, verdaderamente ejemplar y da gusto leerlo mientras se oye porque se respira, evoca la Cultura latente que nos ha quedado de esa España pero que, desgraciadamente, fue frenada por una reacción tradicionalista y criminal.
El otro gran acierto es incluir al principio y al final de la grabación la versión para clave y la de piano, como, al parecer, hizo Falla en alguna ocasión (y apunta en la partitura). Esta obra es una gollería musical donde cada nota es el martillazo de un escultor del tiempo, cada movimiento, expositivo el primero, melancólico y provocador el segundo conjugando vanguardia y emoción (¡a tantos compositores se les cierran estas puertas!), optimista y orgulloso el tercero, es Música que ha alcanzado la universalidad sin abandonar sus raíces, sin rechazar su tradición pero generando la novedad, Arte supremo, Falla. La versión con piano permite ver una perspectiva distinta, quizá sin la intención arcaizante que le da la singularidad, pero sabiendo que el propio autor la contempló: se convierte en una ventana para ver sus ideas y su modernidad total, parece otra música complementaria actualizada.
Las obras de Nin-Culmell y Suriñach está elegidas con tino, porque sin dejar de ser estupendas permiten ver la influencia e importancia de este Concierto..., ayudan a entender las ascedencia inevitable de la genialidad del compositor protagonista. Qué distinta habría sido la cultura española con estos desarrollos; y eso que Suriñach no hizo ascos a la dictadura, aunque terminara en USA, aquí estábamos más, como recuerda Garvayo, tirando para melodías preciosas y rancias en Aranjuez y sus grandezas palaciegas.
La máquina del Trío Arbós es absolutamente efectiva, la formación actual la constituyen: Ferdinando Trematore (violín), José Miguel Gómez (violonchelo) y Juan Carlos Garvayo (clave y piano), y son un gozo para el oído de compenetración, pasión, exactitud y musicalidad. Este cd es un hito y una necesidad para cualquier aficionado, y si no conoce la obra corra, no sé cómo pero tiene algo que fascina y engancha, siempre gusta en cada audición, siempre expresa lo nuevo, quizá porque tiene dentro una crisálida barroca metamorfoseándose en modernista.