Rosario Flores es una artista total. Ha traspasado airosa el listón que tenía al ser hija y hermana de artistas. Su madre jerezana, para la historia La Faraona, nunca muere. Últimamente una cervecera la resucitó recordando que prevalece su acento, el que la hizo triunfar y forjó su leyenda. El padre, Antonio GonzálezEl Pescaílla, ofició de eje en la rumba catalana.
Lola Flores, la imperecedera todoterreno, registró más leyenda. Una maridaba verdad y fantasía gitana. Contratada en Broadway pidió a Emilio Romero, periodista ubicuo del franquismo, ser recomendada a algún crítico neoyorquino. El hombre vio su ingenioso espectáculo y redactó una reseña telegráfica: ‘No baila, no canta, pero ¡vayan a verla!’ El teatro donde la jerezana actuaba se llenó desde que se difundió la crítica. Nació un mito.
A la hija menor de Lola de España y El Pescaílla la bautizaron en sus comienzos como Rosariyo o Rosarito. Pero Rosario Flores es rompedora, posee sello propio y pisa fuerte. Lo mejor es que se nos muestra cercana, humilde, honesta, tímida, frágil. Vaya, como si fuera algún familiar o amistad apreciada. Alguien cuya raza la ha curtido con los años y ahora se sale porque estalló la artista que llevaba dentro. Comprarse un disco de ella o pagar por verla en directo es inversión rentable, un disfrute asegurado.
Cita en Jerez
La cita con Rosario Flores fue una cálida noche estival. En VII Tío Pepe Festival. La sede y organización del concierto impecable, con todas las medidas de seguridad. Fue en los exteriores de una bodega impresionante, ‘Las Copas’, la matriz de González Byass, un marco incomparable. Al arte que allí se despliega lo vigilan miles de botas alineadas y ese olor que atrapa de los más celebrados caldos nacidos de la albariza.
Las medidas restrictivas por el Covid fueron respetadas por los organizadores con escrúpulo. Una eficaz estructura permite ver el espectáculo desde varios puntos con nitidez. Antes, pueden degustarse y a precios razonables, el portfolio de González Byass. Es una maravilla ese prólogo: tintos de Rioja, Sherry, olorosos, Somontano, rones caribeños, whiskies escoceses, gins londinenses, gastronomía de nota y un rebujito de la casa (Croft Twist) -con hoja de menta incluida- que encanta al paladar femenino, mayoría para ver a Rosario Flores, el mismo que no se conforma con cualquier cosa. ‘Las Copas’, antes del concierto, admite visitas que constatan la monumentalidad de tan emblemática bodega.
La VII edición del Tío Pepe Festival se confirma en el circuito veraniego de los mejores espectáculos españoles. Este verano de 2021 ha registrado lleno tras lleno con José Luis Perales, India Martinez, Víctor Manuel, Ana Torroja, Isabel Pantoja y un homenaje al compositor jerezano Manuel Alejandro. Para 2022 calienta motores anunciando que actuarán Simple Minds (31 julio) y Kool & The Gangs (11 agosto).
Aunque parece que este evento jerezano, que ya registra fieles de toda Europa, se consagra a reconocidos artistas españoles, en la edición de 2019 reseñamos en Diario16 un memorable concierto de Jethro Tull. Durante el verano de 2020 se suspendió el Tío Pepe Festival por el maldito virus.
Te lo digo todo…
Ver a Rosario Flores en el escenario impacta, no es un fantasma. Desde el primer tema se mete al público en el bolsillo y lo enfervoriza. Su oficio ya nadie lo escruta porque lo lleva consigo. Su melena le apoya en su lenguaje no verbal, sus piernas se mueven eléctricamente y su voz anticipa que hay rato para el disfrute. Lo mejor de la artista es que da, continuamente, al público las gracias por serlo. Su dignidad conmueve, emociona.
En Jerez se la veía gozosa y feliz, más que en otros lares donde ha triunfado (Starlite, Sant Feliú….) presentando su nuevo trabajo ‘Te lo digo todo y no te digo ná’ (Universal Music). En América la esperan para aplaudirla tras concederle varios Grammys Latinos tras vender millones de copias de sus trabajos discográficos.
El repertorio y las entrañables palabras al micrófono añaden más valor a Rosario Flores: no olvida sus raíces, invita a luchar la vida y a ver colores o mariposas por todas partes para superar las adversidades. La vitalidad de esta gitana-paya la tributa a la mare que la parió, al pionero de la rumba catalana, a su abuela y a su irrepetible hermano Antonio, a quien le llora cantando No dudaría; un alegato pacifista en un mundo en guerra contra la pandemia, la injusticia y el hambre. Rosario, eres grande.
Una versión del Te quiero Te quiero del imperecedero Nino Bravo y el tributo a la malograda Cecilia redondearon un concierto inolvidable. Rosario baila, corre, salta, comparte escenario con bailaores excelentes (Rapico y Juanjo Villar), cantaoras de rompe y rasga (Chonchi y Mayte) percusionistas de nivel y un ritmo latino que anima cualquier alma. Todo bajo la experta y silente dirección del Bajo Fernando Illán, según Rosario su inseparable apoyo desde el principio de su exitosa carrera. No obstante, echamos en falta -en la banda musical que acompaña a la artista- algo de viento (Trompeta, trombón, saxo…) para sustentar el nivelazo de la percusión, teclados, vocalistas y zapateos de bailaores.
La madrileña, Rosario Flores, usa varios trajes y botas, sombreros y nunca deja de entregarse al respetable. El público la vitorea como si fuera una torera merecedora de ser sacada a hombros por la puerta grande. Rosario en Jerez se explayó, tras derrochar energía y pasión durante casi dos horas. Hizo vibrar al personal gracias a su fuerza y pureza sobre el escenario. Era la segunda vez que actuaba en el Tío Pepe, la primera acompañada de su hermana mayor, Lolita Flores.
Debemos añadir que el deambular por las tablas de Rosario Flores no le regatea ningún atributo a una apreciable voz. Veíamos algo del blues de Mahalia Jackson, del desgarro rockero de Janis Joplin, del jazz de Ella Fitzgerald, la voz del cielo de Celia Cruz [no faltó Rosario en Miami al homenaje en vida a la Reina] y el flamenco heterodoxo del Camarón cuando las letras emergían de sus cuerdas vocales. Su garganta aunaba un mensaje mágico al confluir así, con tanto arte en una menuda figura de piel catira. Su entrega al micrófono apasionaba porque parecía retarle.
Una carrera de éxito
Rosario Flores nació un 4 de noviembre de 1963. La Faraona hizo con su parto un paréntesis en su carrera. Su génesis artística fue como actriz en pequeños papeles de cine y TV (‘Calé’ y ‘Mariana de Pineda’, de Federico García Lorca y ‘Colegas’ de Eloy de la Iglesia, junto a su hermano Antonio.
Pero la música y el cante pueden más a Rosario. En 1984 publica el mini LP ‘Vuela de noche’. Su primer LP de éxito es de 1992 y se titula ‘De Ley’, compuesto por el malogrado Antonio. Temas como ‘Mi gato’ o ‘Sabor, sabor’ son patrimonio colectivo. En 1994 repite éxito con ‘Siento’, con letras de Antonio Flores. En 1996 lanza el tercer disco ‘Mucho por vivir’, del que se extrae la laureada pieza 'Qué bonito’.
La menor de los González Flores incursiona en el rock sin obviar el cimiento gitano en el trabajo ‘Jugar a la locura’ de 1999. Este es LP en el que Rosario compone 10 de los 11 temas y la nominan al Grammy Latino. En 2001 edita ‘Muchas Flores’, un trabajo rumbero donde su parte gipsy le atrapa. La rumba catalana, a bossa nova y el funk llaman a esa puerta. Rosario marca estilo con un trabajo genial. Logra así en 2002 el Grammy Latino al Mejor Álbum de Pop Vocal Femenino y un Premio de la Música a la Mejor Canción por ‘Como quieres que te quiera’.
Tras el éxito de ‘Muchas Flores’ vuelve a ser actriz con Pedro Almodóvar con papel estelar en ‘Hable con ella’. Tras posar a las cámaras llegó ‘De mil colores’ con temas suyos que insisten en la rumba y bossa nova, flamenco, son cubano y baladas. Logra otro Grammy Latino al Mejor Álbum de Pop Femenino.
Le sigue nuevo álbum, ‘Contigo me voy’ y ‘Parte de mí’, donde la madurez aparece y obtiene Disco de Platino en España, y nominación en 2008 al Grammy Latino en 2008. Un año después Rosario aporta banda sonora a la teleserie ‘Cuéntame’ (TVE1). Un tema que rescata de su infancia cantado por su padre ‘Raskatriski’, integra el trabajo ‘Las voces de Rosario’, que compila duetos en 2013.
A finales de 2016 Rosario reaparece con ‘Gloria a ti’ haciendo un retorno nutritivo con feed back del flamenco, a su familia y su hermano Antonio. Un año después, lanzó un álbum en directo ‘Noche de Gloria en el Teatro Real’ donde refresca sus éxitos acompañándola los mejores artistas españoles.
Este 2021 nos sorprende gratamente con ‘Te lo digo todo y no te digo ná’. El trabajo es explícito: sus temas hacen un imperativo reclamo a la comprensión, solidaridad y fraternidad para superar los difíciles tiempos que nos trajo el Covid de la mano. En el escenario constatamos con esta reseña que la grandeza de Rosario Flores es una prolongación de su bondad y arte total. Lo firma un testigo de ese evidente estado de gracia.
FICHA TÉCNICA:
Coros: Chonchi Heredia y Mayte Pizarro.
Bailaores: José Carmona ‘Rapico’ y Juan José Villar.
Bajo y Dirección Musical: Fernando Illán
Guitarra eléctrica: Dayan Abad
Guitarra acústica: Josete Ordóñez
Percusión: Ramón González ‘León'
Batería: Diego Illán
Teclado: ’Tato’ Icasto
REPERTORIO:
TE LO DIGO TODO, MARIPOSAS BLANCAS, YO ME NIEGO, GLORIA A TI, AL SON DEL TAMBOR, COMO QUIERES, QUÉ BONITO, DE LEY + MI GATO, NUEVO PARA LOS DOS, ESTOY AQUÍ, LA VIDA, TE QUIERO TE QUIERO, OYE PRIMO, CHONCHI-1000 COLORES, TANGOS Y MÍA MAMA, NO DUDARÍA, Bises: CUCHU MARANA y MARCHA