Siglo XXI, resurrección del bolero

15 de Febrero de 2022
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lira huaylina foto archivo

El bolero, este género musical nostálgico, alegre, melancólico y apasionado, podría llegar a ser patrimonio intangible de la humanidad.

Para lograr este propósito, se han realizado gestiones ante  la UNESCO acompañadas de una intensa promoción, que incluye la creación del Instituto para la Preservación y Fomento del Bolero en México.

El organismo se propone acercar a las nuevas generaciones a esta expresión musical aunque es muy popular entre la generación X (posterior a los «baby boomers») y los «millenials».

Como parte de la campaña ante la UNESCO, en agosto de 2021 se programó la muestra «Sin saber que existías, te deseaba… El bolero, patrimonio vivo» en el Museo Nacional de Culturas Populares. La exposición incluye partituras, micrófonos, discos, radios, fotografías y atuendos, que contarán la historia de este género en México.

Los siguientes días  se realizó el Festival y Congreso Mundial del Bolero en Ciudad de México, incluyendo presentaciones de más de 30 intérpretes de este género, así como mesas de reflexión para su cuidado, rescate, recuperación y enseñanza, donde participarán autores, músicos y académicos

A más de 100 años de existencia, para muchos el bolero es «parte integral de su educación sentimental», afirmo Francisco López, director de Patrimonio Mundial del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).  El bolero «va en cada uno de nosotros, pues nos enseñó sentimientos gozosos, pero también de tristeza y desamor» remarco.

El nuevo Instituto para la Preservación y Fomento del Bolero en México es presidido por Graciela Mota, el músico Rodrigo de la Cadena  y Cecilia Margaona. [

Tres conciertos acompañaron al Congreso Mundial en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris dedicados a grandes exponentes del género como Armando Manzanero y Marco Antonio Muñiz. Entre los más de  músicos de 10 países participaron Los Panchos, Imelda Miller, Humberto Cravioto y Carlos Cuevas, acompañados por la Orquesta Mexicana del Bolero.

En este programa se recordó que el primer bolero fue  escrito por el sastre cubano Pepe Sánchez, creador de «Tristezas», a principios del siglo XX, y al principio sólo se tocaba con guitarra, pero pronto se acompañó con trompeta, flauta y violín. Luego vendría, en 1911, «Quiéreme mucho», del compositor y director de orquesta cubano Gonzalo Roig, que marcó la pauta del género.

México de inmediato fue caja de resonancia del bolero con figuras de la talla del legendario músico-poeta Agustín Lara, los tríos Los Panchos y Los Tres Ases, y el «tenor continental» Pedro Vargas.

Otro tenor mítico, Alfonso Ortiz Tirado, lo llevó a Buenos Aires en 1933 y así se fue extendiendo hasta llegar al siglo XXI de la mano de Armando Manzanero y Luis Miguel, y sus romances sin dejar de lado a Alejandro Fernández.

Fue en el año 1883 que la música cubana experimentaba una revolución total. Con influencias occidentales originadas en Europa y mezclados con ritmos africanos se originaba la llamada canción criolla.  Todo lo mencionado,  unido al auge que en ese entonces mantenía la trova, dio origen a un género que ha prevalecido hasta nuestros días: “el bolero latinoamericano”, que se canta desde México hasta el sur de Argentina.

José Sánchez, músico cubano,  nacido un 19 de marzo de 1856,  a temprana edad destacó por su maestría en la guitarra. En la recta final del siglo XIX el género de trova cobró fama. Y su primer bolero fue Tristeza. Como todo músico, el sentimiento que un hombre desarrolla hacia la mujer y viceversa, el que una mujer desarrolla al hombre, fue motivo de innumerables composiciones.

Sindo Garay, otro gran músico cubano, se encargaría de llevarlo a La Habana. Luego, a través de los barcos que circundaban el Caribe, pasó a México y a Puerto Rico, países que lo consolidaron.

El bolero surgió del eco melodioso de un canto triste entre el viento y la palmera, en el corazón desolado de un cubano. Un invento que decidió la suerte del bolero fue el nacimiento de la radio, en la década de 1920. Son, precisamente, dos mexicanos los que se encargaron de darle este impulso definitivo:

 Guty Cárdenas introduce a Ciudad de México el bolero yucateco y Agustín Lara crea el bolero urbano, en los prostíbulos y bares de los barrios  de ciudad de México. Mientras tanto, Pedro Flores y Rafael Hernández crean, en Nueva York, la escuela del bolero puertorriqueño.

Durante 20 años, con programas en directo por las diferentes y recientes emisoras fundadas en todo el continente, el ritmo más escuchado, desde México hasta la Patagonia, fue el bolero.

 El cine mexicano, de gran influencia a partir de 1940 en toda América Latina, fue un excelente multiplicador de este género musical. Jorge Negrete, Pedro Infante, Javier Solsí, Pedro Vargas y hasta el mismo Agustín Lara se encargaron de popularizar el bolero, a través del cine. No hubo película mexicana, de esta época,  en donde además del mariachi no se escuchara siquiera un bolero. Ya en 1950, con la llegada de la televisión, surge, para el bolero, un nuevo aliado. Esta es la década de su madurez.

El bolero en Colombia. La primera emisora fundada en el país fue “La Voz de Barranquilla”, por Elías Pellet Buitrago, 1929. La segunda surgió en Bogotá, la HKE, el 1 de mayo de 1930, a instancias de Gustavo Uribe. Al mes siguiente se inauguró  en Tunja “Radio Boyacá”…

Alfonso de la Espriella, en su libro “Historia de la música colombiana a través del bolero”, asegura que Daniel Lemaitre, su abuelo, compuso el primer bolero colombiano “Dime niña de ojos verdes”. 

Otro erudito del tema Jaime Rico Salazar, de Anserma (Caldas), el hombre que más sabe del bolero en el mundo al decir de Armando Manzanero, sostiene que este bolero de Lemaitre era al estilo español y que por ningún lado se conoce la partitura original.

Después de la Segunda Guerra Mundial, América Latina empezó a perder su aislamiento del resto del mundo. Y llegaron ritmos que calaron en jóvenes y adultos, gracias al impulso cultural de la época y a la gran publicidad. Los Beatles, el rock, la balada, en la década del sesenta, trataron de aniquilar esta versión romántica del amor y de la vida. La balada, que se bailaba en forma separada, ocupó un lugar de avanzada especialmente entre la juventud.

Además, la libertad sexual, ocasionada sobre todo por la aparición de la píldora, permitió enamorar sin la música, sin las serenatas, sin el abrazo, sin los susurros. Ya el baile del bolero había pasado de moda y no tenía un ambiente propicio ni era una necesidad para el escarceo amoroso.

Las celebraciones del primer centenario del nacimiento del bolero, que tuvo lugar en todos los países de América Latina, en 1985, incluyo  foros, tertulias, conferencias y festivales. Los nuevos cantantes, como Luis Miguel, recurren a él para conquistar, de nuevo, a la juventud. Y así, de esta forma, el bolero se ha remozado. Fue Armando Manzanero el compositor que le dio un nuevo impulso al bolero.

Vamos al Perú. ¿Qué es el bolero?. David Flores Vásquez, director de La Lira Huaylina y abogado especializado en Turismo Cultural,  afirma que definir el bolero es casi tratar de definir la poesía y la música.  Y si alguien dijo alguna vez que el tango es un sentimiento triste que se baila, nosotros afirmamos que el bolero se baila con sentimiento, se escucha con nostalgia y se bebe con alegría.

La tecnología al parecer no  es suficiente para romper las islas de incomunicación. El lenguaje musical, con sus múltiples partituras, se extiende por el mundo para buscar la paz, la amistad, la oportunidad de vivir mejor para todos.

Para concluir, me permito destacar y agradecer a mis compañeras y compañeros del Colegio Nacional “2 de Mayo  de 1866, en el  Callejón de Huaylas,   que cultivaron la música, el  canto  y las serenatas bajo un cielo singular, siempre azul y muy azul de Los Andes. Hoy, recogiendo el sentir de su suelo natal respaldan a los movimientos  culturales que alientan el turismo y la solidaridad.

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