En diciembre de este año, 2019, se cumplirán ocho años desde que el gigante Amazon desembarcó en España con su libro electrónico, el Kindle. Durante estos años, la llegada de esta inesperada; aunque todo el mundo preveía que llegaría algún día, plataforma de lectura, ha conmocionado al inmovilista sector editorial hasta el punto de que no pasa inadvertido para nadie. Editoriales, librerías, bibliotecas, creadores, todos han sido pellizcados de una forma u otra por la irrupción del libro electrónico de Amazon, el que acapara, con diferencia, mayor número de lectores en este sector.Las alternativas de publicación tradicional que existían hasta entonces: el complicado trato con una editorial, el intrincado e inalcanzable agente literario, el elitista premio literario, la depauperada autoedición y la explotadora coedición, se ven seriamente truncadas por el crecimiento masivo de una de ellas: la autoedición digital. El autoeditado no necesita ninguno de los anteriores métodos, porque sus libros se publican a la velocidad de la luz. Unos cuantos clics son suficientes para que su novela esté disponible para todo el mundo. Sin intermediarios. Gabri Ródenas, uno de los autores paradigma de esta revolucionaria forma de publicación, asegura que la autoedición le vino bien, quizá porque llegó a ella en el mejor momento. «Tuve buenos resultados, una gran editorial me fichó y, desde entonces, sigo siendo un escritor ´tradicional´ (con editorial, agente y esas cosas)».En contra, comenta que a fecha de hoy la competencia es brutal y ha quedado patente que la democratización del arte no siempre va asociada a la calidad. Para uno de los grandes de las letras, Javier Sierra, flamante premio Planeta y único escritor español en el Top Ten de la lista de los más vendidos de Estados Unidos, desde su perspectiva de autor ha sido un elemento más de la era digital. «Uno más. Ni mejor ni peor que otros. Uno que redunda en nuevos canales de mercado para las Editoriales, pero de poco impacto para la sostenibilidad de los creadores de contenido».Para Amelia Noguera, escritora madrileña que, tras autoeditar cuatro novelas en Amazon y ocupar los primeros puestos de descargas se convirtió en un fenómeno editorial, comenta que la autoedición supuso para ella la entrada a un mundo de locos, el editorial, donde la suerte es la clave. «Creo que Kindle ha facilitado también el acceso a lectores que antes leían menos, por sus campañas comerciales y sus precios bajos». Lorena Franco, una de las autoras más vendidas en la actualidad, lo tiene claro: «De no haber sido por Amazon Kindle, seguramente mis historias estarían ocultas en un cajón, y no por el rechazo editorial, sino porque la autopublicación fue mi primera opción para empezar a darme a conocer como escritora». Cristian Perfumo, ganador del Premio Literario Amazon 2017, no lo duda: «Para mí ha supuesto la posibilidad de que sean directamente los lectores quienes decidan si les gusta o no lo que escribo».Una de las pioneras de la autoedición, Blanca Miosi, no escatima elogios hacia España, al considerar nuestro país la cuna y el semillero de los grandes escritores porque las editoriales importantes en idioma español se encuentran aquí. «La incursión de Amazon en España ha revolucionado la industria. Algunas se han fortalecido, otras desaparecido, pero en líneas generales me parece que hizo que las editoriales y los agentes tomaran más en cuenta a los escritores noveles porque saben que pueden obtener una parte del pastel con ellos». César Pérez Gellida, un autor superventas que aún no ha degustado las mieles de la autopublicación, asegura que el volumen de ventas en digital sigue estando por debajo del papel. «Aunque todo suma, así que bienvenido». Su balance no puede ser más determinante: «Bueno para las editoriales, regular para los escritores y malo para las librerías y otros puntos de venta». Blas Ruiz, otro de los autores que ha entrado con fuerza en el panorama literario, afianza sin tapujos: «La autoedición lo ha sido todo para mí. La llegada de Kindle supuso una oportunidad para aquellos como yo que, quizá, nunca hubieran sido leídos». Para Fernando Gamboa, superventas indiscutible y uno de los autores más leídos y abanderado de la autoedición, la autopublicación ha sido la que le ha permitido convertirse en escritor profesional: «Mis novelas no habrían llegado a los lectores, y un escritor sin lectores es como un pájaro sin aire en el que volar». Para Cristina Higueras, actriz y productora teatral que compagina su actividad con la literaria, ve en la publicación digital una gran oportunidad: «Tienes un mercado de lectores abierto en todo el mundo. Si solo se edita tu obra en papel, tendrás lectores solamente en los países en los que la editorial publique tu libro y estarás a merced de que se agoten las ediciones».La mayoría de los autores que se han dado a conocer con Amazon Kindle elogian su éxito inmediato con esta plataforma y resaltan los beneficios no solo para el autor, sino para el lector. Amelia Noguera: «Me permitió que miles de lectores conocieran mis novelas. No puedo saber si, de no haberme iniciado allí, mi trayectoria como escritora habría sido muy diferente, creo que, al final, llegamos donde los lectores nos quieren y lo que cambia es el camino». Lorena Franco: «Han llegado contratos editoriales. Sin la existencia de Amazon Kindle, lo más probable es que hubiera seguido con mi trabajo en TV y cine, y no hubiera dado a conocer nunca mi faceta como escritora».Blanca Miosi: «La autoedición en Amazon ha significado para mí un despegue de mi carrera como escritora a pesar de haber publicado antes con editoriales, es con Amazon como mis novelas se dieron a conocer al mundo». Cristian Perfumo: «Soy uno de esos pocos afortunados que pueden vivir de lo que escriben, y estoy casi seguro de que ese no sería el caso de no ser por la entrada del Kindle al mercado». Angélica Morales, escritora aragonesa con numerosos premios en su haber de relato y poesía y con varias novelas publicadas, vaticina que todos en algún momento lo hemos utilizado o pensamos hacerlo en un futuro. Fernando Gamboa: «La autopublicación ha dado forma a mi vida tal y como es hoy». Cristina Higueras: «Tienes a tu disposición todos los libros que quieras. Puedes seleccionar el tamaño de letra y no necesitas luz. La compra es inmediata, mediante un clic. Y puedes almacenar notas, subrayados y partes que consideres interesantes de la obra».Pero, y no podía ser de otra forma, también tiene sus inconvenientes. Blanca Miosi bromea con la batería del lector electrónico, la cual debe cargar cada dos días, algo que no ocurre con el libro en papel. Blas Ruiz expone como parte negativa la falta de filtro a la hora de publicar. Gellida apunta que los más perjudicados son los que se dedican exclusivamente a la venta en formato físico. En la misma línea, Perfumo no cree que haya muchos dueños de librerías que sean fans del Kindle. Amelia Noguera opina que desde la aparición de Kindle Flash y de Unlimited, a los autores autoeditados les cuesta más promocionarse, ya que compiten con las grandes editoriales. Angélica Morales resalta como punto negativo lo de estar promocionándose constantemente. Y eso es muy cansado, sonríe. A Gamboa le cuesta ver algo negativo: «Es un estupendo territorio donde hallar a las futuras perlas literarias sin tener que arriesgarse apenas. Todo ello ayuda a que cada vez tengamos más y mejores libros a disposición de los lectores, y en consecuencia cada vez se lea más». Gellida e Higueras coinciden, y destacan, el principal escollo: Los ebooks tienen más facilidad para ser pirateados. La piratería y que no hay filtro previo y cualquiera puede publicar lo que quiera, son las dos quejas más extendidas.El caso es que el Kindle llegó para quedarse y después de estos ochos años de andadura no parece que su camino vaya a ser corto y quizá aún le queda mucho por recorrer y mejorar. «¡Larga vida al Kindle!», concluye Cristian Perfumo.
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