Pastwomen: la red de investigadoras feministas que tumba el discurso histórico único

30 de Julio de 2020
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PastWomen

El devenir de lamujer actual le debe mucho a sus antepasadas, pero el discurso único que haobviado al 50% de la población, se ha encargado de difuminar una valiosa informaciónsobre la historia de ellas/nosotras. En esa tarea se encuentra Pastwomen, una red de investigadorasespecializadas en prehistoria, arqueología y patrimonio cultural, que lleva 15años dando visibilidad a las líneas de investigación en arqueología e historiavinculadas al estudio de la cultura material de las mujeres y proporcionandouna mirada feminista en la divulgación histórica.

El proyectosurge en 2007 siguiendo la estela de las investigadoras, que a finales de losaños 80, principio de los 90, aplicaron su activismo feminista a la disciplinade la arqueología. A partir de los 2000 comenzó a haber más interesadas por laarqueología feminista con perspectiva de género, así lo constata Marga Sánchez Romero, vicerrectora deIgualdad y profesora titular en el Departamento de Prehistoria y Arqueología dela Universidad de Granada, que habla en términos de “sororidad” cuando serefiere al trabajo que vienen desarrollando desde entonces.

“Lo primero quehicimos fue buscar a nuestras propias referentes y como no existían, nos pusimosa nosotras mismas”, aclara Sánchez. El equipo formado por 17 profesoras e investigadoras de toda España se percató de lafalta de visibilidad de sus estudios en museos, revistas de divulgacióncientífica, excavaciones y rutas históricas, por lo que decidieron seguir“quejándose, pero siendo proactivas”, afirma Marga. La profesora recalca que “laidea era generar un proyecto transversal que nos uniera a todas”, por eso, “hayquien trabaja el Paleolítico, otras el Neolítico, yo me dedico a la Edad de Cobrey Bronce, por ejemplo, y otras a la Prehistoria Reciente o al Mundo Íbero…”.

Existe unapremisa básica en el proyecto: “Investigamosa las mujeres del pasado porque nos importan las del presente y cómo estándefinidas”. Pastwomen hace arqueología contemporánea para colocar a lamujer del pasado en el lugar que le corresponde. “Las cosas que hacemos son buenas para las mujeres, pero también parala arqueología y para el discurso histórico construido con el conocimiento, laexperiencia y los intereses de un grupo muy determinado, que ni siquieraengloba a todos los hombres”, explica Marga Sánchez. Además de excluir a lamitad de la población, “se han dejado muchas cosas sin contar y sin estudiar,que son fundamentales para construir la historia de quiénes somos y cómo se hanido transformando las sociedades”, advierte la profesora. “Si no cuentas las experiencias de las mujeres y sus conocimientos, noestás contando la historia”, asegura.

Los cuidados en el centro de la explicaciónhistórica

“¿Cómo explicamosuna sociedad sin abordar sus actividades esenciales?”, se pregunta Marga enreferencia a los cuidados. “Las actividades de mantenimiento son las únicasestructurales, imprescindibles y fundamentales en todas las sociedades”,insiste la profesora, quien sostiene que ese trabajo denominado “doméstico” seha eliminado de la historia “porque se ha considerado que no era explicativo”. Sinembargo, como acierta Sánchez, “en ese trabajo hay mucha sabiduría einnovación”. Hablamos del embarazo, la crianza y el parto, pero también de laalimentación, la limpieza, la higiene o la socialización. “Queremos poner estas actividades en el centro de la explicaciónhistórica porque ninguna sociedad puede vivir sin ellas”, asegura Marga. Eneste sentido, “habrá veces que podamos identificar si son hombres o mujeres losque desarrollaron estas actividades, aunque normalmente han estado vinculadas alas mujeres, por eso están peor vistas y parecen no ser relevantes para segúnqué historia”.

Las tareas decuidados, a pesar de haber estado ligadas históricamente a las mujeres, no lohan estado esencialmente. Lo evidencia Marga: “No es que las mujeres notengamos otras opciones, cualquier persona del grupo social puede hacerlas y seestá demostrando, sino que viene dado por un pacto o construcción cultural, yno por una conexión biológica o esencialista”. Según la profesora, en la prehistoriala forma más segura de alimentación para un bebé era la leche materna. “Esohace que en el primer año de vida, la vinculación y el estar con la madrecondicione el trabajo y el resto de actividades que se hacen”, comenta Marta,que insiste en la “complejidad del proceso” hasta llegar al presente. Y aclaraque “no se puede confirmar que las mujeres estuvieran mal valoradas en aquellaépoca”, sino que se trata de “una presunción que hacemos nosotros como sociedaddesde el presente”.

¿Un patriarcado prehistórico?

Aunque en la prehistoria puedan observarseciertos roles de género, no existe una demostración científica o arqueológicade que existiese un poder masculino sobre la mujer. En cambio, “las clasessociales se ven muy claras en prehistoria porque se puede comprobararqueológicamente las variaciones en la dieta, el uso de los recursos o losajuares funerarios”, apunta Sánchez Romero. “No es tan fácil distinguir ladesigualdad de género en la prehistoria”, reconoce la profesora. Entonces, ¿cuándose puede asegurar? “Muy fácil. Cuando tenemos leyes y normas escritas que yasitúan a la mujer en un segundo plano”, responde. “En el mundo grecolatino sí tenemos constancia de la instauración delpatriarcado, sin embargo, no podemos hablar de un patriarcado prehistórico comotal”, determina la profesora de la Universidad de Granada.

No obstante,cuando las sociedades se asientan y las mujeres comienzan a tener más hijos escuando surgen las desigualdades, pero son procesos que llevan muchos años,reconoce Marga. La caza es un claro ejemplo de “esas afirmaciones que se hanhecho durante muchos años en Arqueología por creencia popular”, y que laprofesora expone de manera concisa. “Nos parece que la caza consiste únicamenteen lanzar la fecha y matar al animal, pero no hablamos de la complejidad que conllevaesta acción o de la necesidad de que todo el grupo se implique en el proceso”,aclara. En este caso, “no hay prueba científica que determine que los únicosque cazaban eran los hombres. La etnografía nos enseña la variabilidad decomportamientos sociales que existen en el mundo, por eso no podemos negarsistemáticamente que en la prehistoria no hubiera mujeres cazadoras o quepintaran cuevas”.

La arqueologíatiene la capacidad de acercarnos las vidas de personas que existieron hace millonesde años y es aquí donde el discurso único cae por su propio peso. “No se puedehacer una metanarrativa única para todas las sociedades desde hace cientos demiles de años. En el caso de la prehistoria, que está a millones de años, yreduciéndolo a los últimos 40.000 años en el Paleolítico Superior, que ya son SapiensSapiens, tampoco sirve esa narrativa”, esgrime Marga Sánchez. 

Mirar al pasado en clave binaria

La existencia de“terceros géneros” en todas las sociedades es un hecho arqueológicamenteconstatado. Como afirma Sánchez Romero, “no podemos hacer una única asociaciónde qué es ser mujer y qué ser hombre”. Ni siquiera en la actualidad con mujeresy hombres de otros territorios, añade la profesora, ya que “no tenemos lasmismas características por razones de religión, culturales, sociales…”. La historiase sigue mirando con las gafas del binarismo. “Debemos ser conscientes de que al igual que existen construcciones degénero e identidades sexuales diferentes en el presente, también pudo haberlasen el pasado”, informa Marga.

“Algunas vecesse manifiesta de manera muy evidente, como hombres que tienen atributosestéticos o posición del cuerpo parecidos a los de las mujeres de su grupo.Mujeres enterradas con elementos parecidos a los hombres de su pueblo”, explicala profesora, que advierte de la importancia de “conocer muy bien la sociedaden la que se encuentran” y para eso “está la cultura material”, concluye.

Pastwomen tienea la vista un nuevo proyecto de divulgación para jóvenes de institutofinanciado por el CSIC, una formación con guías turísticos para integrar a lasmujeres en la narrativa de las ciudades y yacimientos arqueológicos, otroproyecto en red -también del CSIC- con el que se sumarán 15 compañerasespecializadas en la antigüedad clásica, así como otras iniciativas puntualesde divulgación y actualización de su plataforma.

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