El libro Proust y las ciencias psíquicas (Luciérnaga) de Bertrand Méheust es una aproximación a la obra más conocida de Proust, En busca del tiempo perdido, basada en las teorías ocultistas tan en boga a comienzos del siglo XX. Una de las teorías es que la magdalena de Proust está relacionada con la psicometría, una técnica por la cual un quiromante podía acercarse a un objeto y adivinar propiedades de su dueño y de las vivencias que habían rodeado al objeto hasta entonces.
En la frontera entre lo místico y lo real, el libro estudia cómo algunas de las experiencias de Proust podrían ser colindantes con lo mágico (o no). Por ejemplo, en En busca del tiempo perdido, en concreto en la sección En la parte de Guermantes, se habla de la llamada telefónica (en una época en que el teléfono era un invento reciente) como una <<vivencia mítica>> y se agradece a las hechiceras, es decir, las Damiselas del teléfono, que hagan posible la maravilla de hablar por teléfono.
También, en el capítulo IV. Premonición irónica de la gloria futura, Méheust analiza cómo a lo largo de toda la obra En busca del tiempo perdido el narrador protagonista profetiza desde la infancia su propia gloria literaria. Todo esto para apuntar a que Proust era, en cierta medida, creyente en las ciencias ocultas que pretendían adivinar el futuro, en un libro riguroso y con grandes dosis de ironía y distancia, pero que de alguna manera insiste, apoyándose en los textos de Proust, en la influencia de las tan extendidas creencias mágicas y quirománticas de la época en el autor.