“En el 2021, ya quiso salir el duende Aceituno, pero en realidad fue en 2022 cuando apareció.”
Era una cálida noche de agosto en un viernes sin fin,
justo una semana después de las fiestas de nuestro amado pueblo,
nuestra patrona Santa Ana y nuestro patrón San Joaquín.
Un pequeño grupo de niños jugaba en una plaza vacía,
que curiosamente había estado llena hacía unos días.
Cada uno tenía en las manos un móvil que le hacía permanecer inmóvil.
Y mientras enfurecían porque se les acababa la batería, al compás decían que la plaza vacía les aburría.
Al mismo tiempo en el poyete sentadas, una madre y una tía alucinaban,
con tristeza entre ellas se miraban y al duende de la infancia invocaban.
“ACEITUNO APARECE, ESTOS NIÑOS NECESITAN VER UN DUENDE”
Fue tan fuerte la emoción que Aceituno como un rayo en la plaza aterrizó.
Los crios le retaron, pensado que era un padre disfrazado,
un muñecajo en 3d , un nuevo Pokemon o yo que sé..
Hasta a Google preguntaron y ninguna respuesta hallaron.
Aceituno se mosqueó, con su magia el culo al suelo les pegó y sus móviles desconecto.
Y mientras paseaba entre ellos con mirada desafiante y envolvía la plaza en una nube verde gigante
Al monte de Santa Ana a todos transportó, dejando a su joven público sin voz.
Porque ahí ya con el olivo delante, se convirtió en una aceituna viva y parlante:
“Os flipáis por ver un duende y vivís ante un olivo que no crece”
Este es el punto más alto del pueblo, que coincide con el más antiguo.
Pues antepasados en el siglo XIII levantaron aquí una ermita sobre las ruinas de un templario castillo.
Muchos años pasaron y en este monte a Santa Ana de la Oliva adoraron,
A la vez que en el pueblo, Santa Ana Bendita la apodaron.
Pues cuenta una leyenda no por todos asumida,
que un buen día en este olivo apareció Santa Ana subida.
Y que desde que esto sucedió, el árbol jamás creció.
También cuentan mil historias que no todos apoyaron, que en este monte mágico y peleado quizás se obraron milagros.
Pero hay una realidad indiscutible, y es que aquí quedó el olivo, pasando con su pequeño tamaño desapercibido.
Un árbol que no creció, pero tampoco nadie jamás midió, un mito que fue olvidado generación tras generación.
Y si llegó antes la ermita o el olivo, es algo que a nadie ya importó…
Por suerte en cada lugar singular siempre hay un duende particular,
que puede conceder deseos a quien merece poseerlos.
Y ahora ya que sabéis quién soy, por si aun seguís aburridos…
Un milagro veréis cumplido si resolvéis este acertijo y averiguáis mi edad y la del olivo sabiendo que de años, los dos tenemos los mismos.
1ª Medición del Olivo de la Ermita de Santa Ana (Santo Domingo- Caudilla, Toledo) 5 de agosto de 2022.
Alto hasta nudo: 60 cm
Contorno a 45 cm del suelo: 80 cm