El último resquicio válido

30 de Diciembre de 2021
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covid periodismo

Apenas son las cuatro de la madrugada. A lo lejos, el sonido de un vehículo. La oscuridad de la noche incrementa en mis oídos su cercanía.

Las verdades a medias también son mentiras. Los telediarios no vomitan otra cosa que verdades a medias. Parece que residen en otra realidad diferente a la de los ciudadanos. Lo peor de todo, (y lo saben) es que arrastran al ciudadano a su realidad desvirtuada. Lo condicionan. Crean o modifican su perspectiva con la semilla de los datos y la información dada a medias, también con el vocabulario establecido para darlas. Sin olvidarse de la sutil opinión del narrador informativo. No es lo mismo centrarse en la locución sobre la parte medio vacía del vaso que hacerlo sobre la parte medio llena, aunque ambos formen parte del vaso.

Hace unos instantes que he dejado de reescribir ese proyecto literario que reescribo una y otra vez. No he dormido nada. Echado en el sillón, me acomodo con un manta. En mi cabeza resuena el último texto escrito de esa novela eternamente inconclusa: Eres el recurso creativo que más utilizo cuando me pongo a escribir mis sueños. Todavía guardo las bragas que llevabas puestas la última vez que follamos.

La pandemia nos ha dejado tocados a todos. Al ciudadano, emocionalmente, en esa incapacidad por continuar con sus proyectos de vida; a los telediarios porque queda la sensación sobre ellos de que informan en función de criterios e intereses que nada tienen que ver con mantener informado al ciudadano. Al contrario, se empecinan en segregar la capacidad de reflexionar y pensar del ciudadano, la capacidad de cuestionarse los hechos, las situaciones. Presentan las noticias y a sus protagonistas ceñidos a definiciones de su propio criterio; en sus formas rozan la demagogia, el racismo, el derecho a la inocencia, la libertad de expresión, el derecho a la intimidad,…

Desde el mando, cambio de canal. Prefiero alguna serie, hartamente repetida. Hace años que me informo a través de medios informativos independientes y otros medios. Pero, no niego que, de vez en cuando, echo un vistazo a los telediarios, aunque tras unos minutos desista de ellos y me aleje nuevamente. Prosiguen a peor.

Noto algo de sueño. Los ojos me quiebran la visión. La muerte sería algo hermoso si se tratara de abandonarnos al cansancio para dormitar eternamente entre nuestros sueños.

La manta con la que ahogo el frío invernal es el último resquicio válido antes de abandonar tanta realidad innecesaria.

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