Amanece en A Coruña a 24 de agosto de 2023. El día es soleado, con una brisa agradable, y así enfilo el Paseo Marítimo de mi ciudad y villa, la Perla de las Mariñas. Al poco rato veo a mis amigos de todos los días, los patos y los cisnes que, por cierto, son “robados” pues pertenecían al vecino Ayuntamiento de Oleiros. Bueno, mejor dicho, prestados por un par de meses. Hablo con ellos aunque aunque hay quien no lo cree, pues dicen que las aves no hablan, ni las fuentes, ni los ríos, ni las plantas. Que no habla la Mar con rumores, ni con su luz los astros, lo dicen, pero no es cierto. Porque antes de acometer la misión que mis superiores me han encomendado, lo necesito. Cojo el bus que me lleva a la ciudad de cristal en la que nací. Termina el trayecto en Entrejardines, antes denominado Jardines de Méndez Núñez, ¡todo cambia!
Me encamino hacia el parrote admirando los majestuosos edificios, desde el que albergó el Banco Pastor, la Fundación Barrié de la Maza y tantos otros. Y, presidiendo todo ello el centenario Obelisco que tristemente nos marca las horas. Y, enfrente, el rejuvenecido Copacabana, la Jamonería La Marina y, cómo no mencionarlo, el Casino. Y, siguiendo por La Mariña, el Banco Etchevarría (Hoy Abanca), más tarde la Subdelegación del Gobierno, un eufemismo de lo que antes fue el Gobierno Civil. Frente a éste, el Teatro Colón, la sede de Diputación Provincial y edificio de Correos, hasta llegar a la Autoridad Portuaria que comparte paseo con los elegantes inmuebles acristalados, -una de la señales de identidad de A Coruña-, cuyos bajos lo ocupan locales de diversa hostelería. Esas centenarias cristaleras, la Plaza de María Pita, el cuidado Ayuntamiento, hacen las delicias de patrios y extranjeros en el lugar en el que nadie es extraño.
Entonces miro con fijeza a los veleros que están atracados en los pantalanes frente al Club Náutico, un bello edificio. Suspiro, cojo aire y, como un veterano que no lo soy, me dirijo a los muelles pues me ha encantado socializar, empatizar y hacer una “Alianza de civilizaciones”, ¡joroba! que después les contaré.
Allí están los barcos que participan en la La Tall Ships Races, algunos de los mejores veleros clásicos de todo el mundo, -muchos de ellos buque-escuela de diferentes países-, y que estuvieron en A Coruña entre los días 24 y 27 de agosto. Quince embarcaciones -esta es la décima vez que la Tall visita A Coruña-, de diverso tipo de entre 43 y 109 metros de eslora y otra, un cúter construído en 1913. Y, este año, doble celebración pues la regata estaba dedicada al V Centenario de la gesta Magallanes-Elcano, con motivos sobrados.
Y ahora, a visitar los barcos, el primero el ST-IV, el barco de menor tamaño, bueno eslora, llegó el Spaniel y el Atyla sudafricano de amables tripulaciones. El último fue Black of Durham. Otros decidieron fondear en la Ría de Betanzos. Visibles desde el Faro de Mera eran el Simón Bolívar y el Pelican of London, mientras que el Lord Nelson decidieron atracar en un punto intermedio entre ambas rías. Entre todos ellos destacaba la nave mexicana Cuauhtémoc, cuya elegancia, nobleza y amabilidad de sus marinos, hombres y mujeres, eran inconmensurables y que ensalzan a la vez los rasgos de una nobleza legendaria como es la cultura Azteca y Maya que se ha sabido transmitir muy bien junto con el aporte hispano. ¡Cómo los admiro!
Pero había más, como el buque escuela polaco de tres palos Dar Mlodziezy, botado en 1981, para mi el más bonito. Sus amables tripulantes se expresaban marcialmente en un precioso inglés en un ejemplo de pluralidad lingüística que me encantó. De ahí pasamos al velero portugués Nautilus. Bueno, qué vamos a decir de nuestros hermanos portugueses del otro lado del Miño, nada más que alabanzas. Y que voy a decir yo que tengo un tío español, una tía portuguesa y unos primos brasileños… Si dijera más dejaría de ser parcial y eso no lo quiero ser.
No quiero despedirme porque “I Have a dream” y quisiera ver antes de morir ver entrar por la bocana de la Ría y, al unísono, a los siguientes veleros, todos ellos buques escuela:
- Juan Sebastián de Elcano, España
- USS Eagle, Estados Unidos
- Cuauhtémoc, México
- Simón Bolívar, Venezuela
- Esmeralda, Chile
- Siste Branco, Brasil
- NRP Sagres, Portugal
- Cañonero Paraguay, Paraguay
- Juan Buatista Cambiazo, República Dominicana
- Cap. Juan Miranda, Uruguay
- Fragata Libertad, Argentina
- ARC Gloria, Colombia
- Cuayas, Ecuador
- BAO Unión, Perú
E invitar a Filipinas a bordo del Juan Sebastián Elcano