Lo que queda del restaurante Sensaciones del Hotel Liabeny

10 de Mayo de 2025
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Lo que queda del restaurante Sensaciones del Hotel Liabeny

El gesto siempre generoso de Iván, el bajista de 43 Grados, me recibe al llegar al restaurante Sensaciones del Hotel Liabeny.

Es 9 de mayo y me ha citado, como tantas otras veces en este mismo lugar, Tomás Fernández el Mago.

El espacio, sin embargo, no es el mismo. Llevan varios meses de reformas. Incluso hoy cuando llego se escucha el ladrido de las taladradoras, los espacios aún no están completamente definidos. 

El restaurante, sin duda, ha perdido gran parte de su encanto, pero luego Jose, el maitre, nos explica que faltan biombos por colocar y que se tratara de recuperar el espacio ya mítico donde ha habido tantas reuniones de artistas, intelectuales y políticos.

Como siempre almorzamos maravillosamente bien, aunque lo más importante es la calidez, y calidad, del servicio. Me recuerda a los afortunados tiempos de Dakar, cuando yo era el Agregado Comercial de la Embajada Española, y en Iberia los sobrecargos nos hacían sentir a mi mujer y a mí como si estuviéramos en casa. 

Lo importante de un lugar, de un negocio, de una ciudad incluso, no es tanto el alrededor, sino la luz de las almas que lo dibujan y habitan.

El restaurante Sensaciones del Hotel Liabeny no es el mismo, pero tengo fe que volverá a serlo. Porque allí siguen las personas -Ramón, Maribel, Rasho, Raúl, Iván, Jose, Carlos, Rafa, Michael- que lo hacen un lugar inolvidable y distinto. 

Excelsior

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