Se acaba el otoño y estalla la vida. El Rojo, mi amigo el Rojo, mi hermano de tinta, al que di casi por perdido tras meses de calvario por motivos de salud ha vuelto a la vida: estuve el pasado martes en su casa, donde me recibió en pijama y me enseñó su silla de ruedas, que por fortuna ya no necesita, y me habló también de uno de sus manuscritos más míticos, ESCUELA DE CANALLAS, texto del que se deshizo en elogios nada menos que Schavelzon, Guillermo Schavelzon, el agente literario, quien sin embargo no llegó a vender el manuscrito porque José Antonio Lago, El Rojo, no deja títere con cabeza en el simpático universo del Circo Literario. Pero ahora, de un modo u otro, el libro verá la luz, aunque eso supongo el cabreo de algún domado, malabarista o payaso. Seguiré el proceso e iré informando.
Lo que sí ha visto la luz e iluminado mi buzón de guasap, es el Villancico Navideño de Urceloyel Inmenso, que este año ha ganado el XXXV Premio José Hierro, y si siempre ha sido buen poeta ahora es un absoluto maestro. Le he pedido permiso para copiarlo al final de este artículo, pero si no me llega a tiempo, y en caso de que el permiso me sea concedido, le dedicaré otro “a villancico completo”
En cuanto a Valencia, esta tarde de jueves -salgo para allá en cuanto termine de teclear esto- en La Cacharrería del Ateneo, que comanda con excelente y firme pulso el narrador y poeta Joaquín Pérez Azaústre, se va cantar a los poetas valencianos, y leerán versos Jon Andion, Francisco Cano, Jaime Cedillo (¡qué ganas tengo de verle!), Antonia Cortés, Raquel Lanseros, Miguel Losada, Joaquín Lostalé, Marifé Santiago Bolaños, Rafael Soler… y más poetas (entre los que intentaré estar para permitirme el lujo de recitar a mi actual más predilecto). Por si acaso no hay hueco para mí, y dado que Urceloy aún no me ha mandado el permiso para publicar en este periódico su villancico, voy a cerrar con el poema de Carlos Marzal que he elegido (por si no hay suerte y me quedo sin pisar la arena imaginaria del ruedo poético)
EL BAILE DE LA LLAMA
Estoy hace ya un tiempo ensimismado
con el baile de la llama en el pabilo
de una vela de aroma.
Sigo el antojo de sus contorsiones,
las volutas de humo perfumado,
su danza en amarillo maleable.
¿Cómo no perseguir para mí mismo
tanta ductilidad, hecha de nada
tanta adhesión tajante a lo que existe?
Suscribo su ideario en esos términos:
bailar sin dirección, sin objetivo,
ser perfume en el aire
y daros luz.
Feliz final de otoño para todos y un abrazo especial para Valencia, tierra que amo.
Excelsior.
Desde 2006, llega puntualísimamente mi villancico navideño. Este 2024 unos ovillejos. !Salud para todos!
VILLANCICO 2024
OVILLEJOS DEL PORTAL Y LA LUNA LUNERA
Llega la luz, viene el día.
María
redonda el alba sostiene.
Viene
de puntillas el sol cuando
cantando
la noche se va. Mirando
contempla el bendito río
sus aguas. ¡Oh, hermoso frío!
María viene cantando.
La tarde llega. Es un velo
al cielo
entregado. No hay mentira.
Mira
silbando humilde en la fe
José.
Desde la casa lo ve
todo con distante calma
de hombre bueno. Y desde el alma
al cielo mira José.
El niño duerme en la cuna.
La luna
le vela, y las sombras teje.
Protege
con su trasnochar profundo
al mundo.
Qué hermoso juego fecundo
de silenciosa alegría
si en noche, en tarde, o en día
la luna protege al mundo.
()@Jesús Urceloy / dic 2024