El coronavirus hace a la Generalitat reducir presupuesto para hacer frente a la Covid-19.
Información decalidad
En estosmomentos se juntan dos sentimientos que hacen difícil la gestión en latelevisión pública catalana: por un lado, la necesidad de mantenerse comoaltavoz de una corriente política y de una defensa de la lengua y lacultura catalana y, por otro, la necesidad deadaptarse a una situación de emergencia sanitaria en la que los recursosvan a ser más limitados. Las pérdidas en publicidad y los previsibles retoques en unpresupuesto cada vez más reducido, ya que en el 2013 superaba los 265 millonesy en el 2019 pasaba a los 230, complican la situación de TV3. Mantenerse como punta delanza de la información y defensa del procés requiere presupuesto. Apostar porinformacion de calidad y documentales como Las cloacas de interior supone unainversión para muchos necesaria y para otros un capricho separatista, pero loque está claro es que ni el procés ni Cataluña serian lomismo sin TV3.
El share anualde 2019 sitúa a TV3 a la cabeza en Cataluña con una cuota de pantalladel 18,4%, locual, en estos tiempos en los que las cadenas de televisión se han multiplicadode manera exponencial, es todo un logro. La siguiente televisión autonómica másvista es la televisión pública vasca EiTB con una cuota del 11% durante el 2019. Si nos vamos ya aotra televisión autonómica importante como Canal Sur nos encontramos con que sus menoresaspiraciones nacionales se traducen en una menor cuota de pantalla que rondael 8%. Encuanto a los presupuestos, EiTB gasta145 millones en informar y entretener aalgo más de dos millones de habitantes; Canal Sur gasta 150 millones para 8 millones y medio de habitantes y TV3,230 millones con 7 millones y medio de habitantes. Habría que preguntarse sieste mayor gasto en la televisión pública catalana le otorga una mayor cuota depantalla o, es al revés y, el gasto es mayor porque hay una mayoría de lapoblación que reclama una televisión pública íntegramente en catalán.
Hooligang delindependentismo
La televisiónpública catalana está sometida, constantemente, al severo escrutinio de unamentalidad nacional a la que le cuesta aceptar la existencia de los medios de comunicación gestionados por lasautonomías. Algo que para las nacionalidades históricas de nuestro país suponeuna pieza clave del desarrollo de su cultura, y de su realidad política, parece molestar a aquellos que encuentran que este tipo demedios son un gasto superfluo. Las críticas hacia TV3 se han ido intensificandoa medida que el procés iba ocupando más importancia dentro de la agendamediática. De este modo, se acusaba al ente público de ponerse la camiseta dehooligang del independentismo mientras que, desde el ente público, defendían lanecesidad de representar a una mayoría de catalanes que no podían verreflejadas sus aspiraciones políticas en ninguna otra parte.