Desarrollado por Castle Pixel y distribuido por Playtonic Friends, Cattle Country nos invita a ponernos las botas de vaquero y construir una nueva vida en el salvaje Oeste, pero con un giro acogedor y encantador. Este título se presenta como un "simulador de vida y aventura de vaqueros acogedor", prometiendo una mezcla única de la tranquilidad de la vida rural con la emoción de las aventuras fronterizas.
La jugabilidad de Cattle Country se asienta sobre dos pilares fundamentales: la simulación de vida y la aventura. Por un lado, tenemos las actividades clásicas de los "cozy games": minería, pesca, crafteo y, por supuesto, la gestión de nuestra propia granja. Podemos talar árboles, cultivar cosechas y dar forma a nuestro rancho, viendo cómo el entorno reacciona y se transforma con nuestras acciones.
Cattle Country es la vida en el Lejano Oeste
Este aspecto es sorprendentemente accesible y está bien simplificado, lo que permite que incluso los menos familiarizados con el género se sientan cómodos desde el primer momento. Sin embargo, la vida en Cattle Country no es solo paz y tranquilidad. El juego introduce elementos de acción y aventura con misiones que involucran a bandidos, robos y tramas misteriosas. Esta dualidad es uno de los mayores atractivos de Cattle Country.
La posibilidad de pasar de una tarde tranquila pescando a una persecución a caballo contra forajidos añade una capa de imprevisibilidad que mantiene el interés y evita que la rutina se vuelva monótona. La energía del personaje y la durabilidad de las herramientas son factores a gestionar, añadiendo una pizca de estrategia a cada jornada. Al final el juego lo vas jugando a tu ritmo.
Cattle Country se atreve a llevar el popular género de los simuladores de vida a un escenario poco explorado: el Salvaje Oeste. Esto, de por sí, ya es un gran acierto. No es solo un "Stardew Valley con sombreros de vaquero", sino que intenta infundir la esencia de la frontera en cada mecánica. La forma en que el mundo se siente vivo, con NPCs que tienen sus propias rutinas y el terreno que cambia drásticamente a medida que construyes tu rancho.
Un simulador vaquero con alma
Las mecánicas de interacción social son otro punto fuerte. Con 18 personajes con los que se puede entablar amistad y romance, el juego ofrece una profundidad en las relaciones que va más allá de la simple entrega de regalos. Cada cortejo se siente significativo, con escenas y eventos que construyen una conexión real. Además, la presencia de tramas más oscuras y conspiraciones añade una capa de misterio que no suele verse en juegos tan "acogedores.
Visualmente, Cattle Country apuesta por un estilo artístico que evoca la nostalgia de los clásicos de SNES y Game Boy, con gráficos pixelados que, lejos de ser una limitación, le otorgan un encanto particular. La atención al detalle en el diseño visual es notable y también se complementa con una Banda sonora genial. Eso sí, el juego está completamente en inglés. Un tirón de orejas por no haberlo traído traducido.
Cattle Country es una propuesta refrescante y ambiciosa que logra combinar con éxito la tranquilidad de un simulador de vida con la emoción de una aventura en el Lejano Oeste. Su jugabilidad accesible, sus mecánicas innovadoras y su encantador apartado visual lo convierten en un título imprescindible para los fans de los juegos Cozy de granjitas e interacción social.