Sergio Arestizabal Pastor

Defensa de la libertad de información, tarde, mal y nunca

08 de Marzo de 2017
Actualizado el 02 de julio de 2024
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pablo iglesias
Es inaceptable, en una democracia como la española, que un periodista reciba presiones y amenazas que traten de coaccionarle para que dirija sus informaciones en un sentido diferente al que le dicta su deontología. La libertad de información es un pilar fundamental que debe defender cualquier persona que se considere demócrata y tiene una importancia tal que, entre otras, la contemplan la Declaración Universal de los Derechos Humanos (art. 19) y la Constitución Española de 1978 (art. 20).La teoría nos la sabemos todos. Partidos políticos, sindicatos, gobiernos y, por supuesto, periodistas suscribimos al pie de la letra los artículos citados y nos hacemos cruces de sólo pensar en que esto no pudiera ser así. Uno, como el que suscribe, que ha salido de la Facultad de Periodismo con la libertad de información grabada a fuego y ha tenido oportunidad de escuchar en innumerables conferencias, mítines, discursos parlamentarios, juramentos y actos solemnes múltiples a la élite política, se lo cree y lo tiene presente desde el primer día que llega a una redacción. Claro, que al segundo día te tropiezas con la realidad.Podemos ha acosado y presionado a periodistas, según acaban de denunciar compañeros a quienes, por supuesto, creo. Es intolerable, inaceptable y punible. Una formación nueva como esta, que propugna otra manera de hacer política, está cayendo en los modos y maneras que dice rechazar. En poco más de tres años ha alcanzado la mayoría de edad como partido y está perfectamente integrado en los usos y costumbres de lo que califica como ‘vieja política’.Pero no nos equivoquemos. Podemos se ha convertido en uno más, no ha inventado nada. Cuando Pablo Iglesias Turrión estaba aún en EGB, en plena democracia, en España estaban a la orden del día las amenazas, presiones y represalias contra los periodistas ‘molestos’ que seguíamos creyéndonos lo que nos inculcaron en la facultad.Uno ha visto, por ejemplo, cómo la misma noche electoral en la que el Partido Popular ganó las elecciones de 1996 despedían al director del periódico donde trabajaba. Aprovecho para homenajear a un maestro de la profesión como Carlos B. Pérez que, en su espléndida y dilatada carrera profesional, tiene haber sido subdirector de Diario16 en una época ‘dura’.Uno ha visto, por ejemplo, como representantes de una institución que gobernaba el PSOE negaban información a un periodista e insultaban gravemente a su medio de comunicación por no estar de acuerdo con su línea editorial.Uno ha visto, por ejemplo, cómo despedían a un miembro del comité de empresa por UGT –pero podía haber sido de otro sindicato– por defender los derechos de sus compañeros mientras el secretario provincial de este sindicato le confesaba que no podía hacer nada ante las presiones.Uno ha visto, por ejemplo, cómo la redacción se vaciaba de periodistas-sin-contrato el día en que llegó un inspector de trabajo después de que la empresa recibiera una curiosa llamada telefónica.Uno ha visto, por ejemplo, cómo cerraban un programa de televisión después de que una entidad bancaria acabase con el patrocinio ‘aconsejado’ por destacados miembros de un partido –pongamos PP o PSOE– mientras los del otro partido –pongamos PSOE o PP– escurrían el bulto por si dejaban de contar con ellos para que asistiesen a comisiones de esas a las que pagan por ir.Uno ha visto, por ejemplo, cómo miembros de una asociación de periodistas dejaban ‘con el culo al aire’ a la directiva que habían elegido cuando quiso defender los derechos de sus compañeros en sus puestos de trabajo.Uno ha visto tantas cosas que se alegra de que la Asociación de la Prensa de Madrid diga a los periodistas que “les amparará siempre en la defensa de su derecho a la libertad de expresión y en su deber de ejercer la libertad de información” y de que representantes de los partidos políticos mayoritarios como Fernando Martínez Maillo (PP), Mario Jiménez (PSOE) e Inés Arrimadas (Ciudadanos) digan que lo que ha ocurrido con Podemos es “gravísimo”, que están “muy preocupados” y que su modelo es “totalmente diferente”.Pero uno, sobre todo, se alegra y enorgullece de ser periodista y formar parte de ese colectivo que salió de la Facultad de Periodismo con la libertad de información grabada a fuego.
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