El jugador del Betis Borja Iglesias vuelve a abrir la polémica de la publicidad de las apuestas en el deporte

05 de Junio de 2021
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“No me gustan las casas de apuestas”, así de tajante se muestra Borja Iglesias, jugador del Real Betis Balompié, en la promoción del documental Odio eterno al fútbol moderno que se emitirá próximamente en la Sexta. Alguien lo tenía que decir. Se aleja el deportista de la postura de otros compañeros de profesión que no tienen reparos en prestar su imagen para publicitar el juego. A quien tampoco le gustan demasiado las casas de apuestas es a Sergio, un adicto al juego que lleva 8 años sin jugar: “Ser un adicto al juego es como ser un adicto a las drogas; es estar viviendo por y para la apuesta”, explica a Diario16. Las casas de apuestas y el juego online solo han hecho que poner más difícil la vida de las personas adictas al juego: “yo, para jugar tenía que ir al bar, al bingo o al casino. Ahora está todo al alcance de un clic con el móvil”, continúa Sergio.

UNA ENFERMEDAD

La adicción al juego es un problema grave. Según las cifras de la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ) desde 2012 a 2017 los ingresos del juego online español crecieron en un 387%, atrayendo cada vez a un público más joven. España es hoy en día el país con mayor cantidad de ludópatas menores de 20 años en Europa. “Tengo una amiga que conoce mi pasado y me llamó para pedirme ayuda porque su hijo de 21 años se está arruinando la vida por el juego; el chaval tenía un buen trabajo y por la adicción al juego ha dejado de pagar el alquiler durante meses y anda metido en un lío tremendo”, denuncia Sergio, quien logró dejar atrás un pasado de juego y drogas gracias a la ayuda de Narcóticos Anónimos y Jugadores Anónimos: “tuve que dejar las drogas, y paralelamente, pude dejar de jugar aplicando el programa de los 12 pasos de Jugadores Anónimos. La adicción al juego es una enfermedad como el alcoholismo o la adicción a las drogas”, relata,

JUGAR SIN CONTROL

El juego es descrito por la asociación Jugadores Anónimos como: “Cualquier apuesta o participación en una apuesta, para sí mismo o para otros, ya sea por dinero o no —no importa cuán pequeña o insignificante sea la cantidad— en la que el resultado sea incierto o dependa de la casualidad o habilidad”. Muchas de las personas que tienen el problema de la adicción al juego firman unos documentos de autoprohibición de la entrada en establecimientos en los que se realizan apuestas. En el juego online existe el Formulario del Registro General de Interdicciones de Acceso al Juego (RGIAJ). Y es que las advertencias parece que no sirven demasiado a los ludópatas: “Las casas de apuestas dicen que hay que jugar con control, pero eso, para un adicto al juego, es como decirle a un drogadicto que hay que drogarse con control; es imposible”, explica Sergio.

LAS TABACALERAS

La conexión del deporte con prácticas o sustancias que pueden ser perjudiciales para la salud son, cuando menos, contradictorias. La publicidad de las compañías tabacaleras aparecía hasta hace poco en los fórmula 1 que recorrían los grandes premios de todo el mundo. Desapareció cuando la Federación Internacional del Automóvil (FIA) prohibió la publicidad del tabaco en la Fórmula 1 en el año 2007; dejando al campeonato sin unos ingresos de 350 millones de dólares anuales.

El ALCOHOL Y EL JUEGO

También, en el año 2012 quedaba prohibida la publicidad de bebidas con graduación alcohólica superior a 20 grados en aquellos lugares donde esté prohibida su venta o consumo”, se daba así otro paso más en alejar el deporte del consumo de alcohol; un problema muy serio para muchos jóvenes españoles. Pero faltaba limpiar el mundo del deporte de otro agente muy nocivo: las casas de apuestas. No fue hasta que el ministro Alberto Garzón anunció el año pasado la aprobación por real decreto de regular la publicidad del sector de las apuestas y juegos de azar online, asegurando que la medida era una "respuesta a una necesidad, a una alarma social que se había generado, durante los últimos años”.

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