En el bonito duelo entre Max y George el segundo ha vuelto a colocarle un buen puñetazo en el hígado al tetracampeón del mundo.
-No puedes conmigo. Y si lo intentas, soplaré y soplaré, y tu superlicencia perjudicaré.
Gran Premio de Canadá. El pertinaz Fernando Alonso puntúa por segunda vez consecutiva. Ya tiene ocho puntitos en el Mundial 2025, aunque él continúa con la cabeza y los sueños puestos en el año que viene, manteniendo la fe, porque Adrian Newey ya ha demostrado, también en el Aston Martin de este año, que sigue siendo la piedra filosofal del automovilismo en la máxima categoría.
Lando Norris, alias Mantequilla persevera en la tarea de dinamitar su propia imagen y no permitirle a sus seguidores apenas alegrías. Accidente absurdo, digámoslo con claridad: idiota, intentando adelantar a su compañero, el discípulo de Mark Weber, y alejándose cada vez más en la lucha por el Mundial de Piastri. Ya demostró el año pasado su falta de entereza cuando tuvo oportunidad de mirar de tú a tú a Max, y en lugar de hacerlo se deshizo como... sí, mantequilla.
Para mí lo más interesante de la carrera, que en verdad no ha sido gran cosa a pesar de los esfuerzos de los comentaristas en mantener la emoción cuando no la había, ha sido la reaparición estelar de Mercedes.
Primera carrera que ganan esta temporada, y los dos coches en el podio. Pero sobre todo: Russell. No descartemos a Russell como posible campeón del mundo de Fórmula 1 2025.
Añado que hemos echado de menos el formato Sprint. Nos parece poco que sólo haya seis carreras en el formato más entretenido para el público. 6 en total a lo largo del año. 6 de 24. Un 25%. Poco.
A ver si en Austria al menos llueve y Max y George siguen dándose puñaladas traperas y ambos se ponen al mismo nivel de puntos que los coches naranjitas.
Y respecto a lo de acabar una carrera detrás de un safety car ... Es torpeza y falta de imaginación infinita.
¿Que si a mí se me ocurre cómo solucionarlo? Por supuesto, a diferencia de lo que le sucede a los mastica piedras de la FIA, a nosotros nos sobra la inventiva.
Tigre Tigre