No es oro todo lo que lo parece. No es oro todo lo que brilla. En el mundo de la Fórmula 1 Ferrari es el gran oro que todos anhelan, y sin embargo lleva muchos años demostrando que es más brillo que oro auténtico.
Veo a Lando Norris en el podium, liderando el equipo McLaren, y no puedo evitar pensar que el líder de McLaren era Carlos Sainz, que dejó el equipo y su posición privilegiada como primer piloto para irse detrás del brillo rojo sangre (toda esa sangre, ajena, que nunca tuvo miedo de derramar Enzo Ferrari).
Sainz padre se lo dijo bien claro a su hijo: una oferta de Ferrari no se puede rechazar.
Pues sí, si se puede, e incluso se debe, rechazar. Los españoles tenían la experiencia nefasta de Fernando Alonso con Ferrari.
Que Hamilton se haya ido a Ferrari ahora mismo da igual, porque Hamilton tiene en común con el equipo italiano que es mayor el brillo que la calidad del oro.
Ferrari es una trampa, pero es muy fácil caer en ella.
Ya ha terminado la primera carrera de la temporada, que gracias a la lluvia ha sido dinámica, imprevisible e interesante.
No creemos que Max Verstappen, sin Adrián Newey, tenga ninguna posibilidad real de ganar el campeonato. Pero Verstappen es el piloto más seguro de sí mismo en la parrilla y aún sin coche, incluso si fuese con un patinete, no puede ser descartado.
Los dos Ferrari no parecen gran cosa, y probablemente el único equipo que consiga hacer sombra a McLaren será el del dolido y rencoroso Toto Wolff: Mercedes.
Lawson ha demostrado en Red Bull que haber prescindido de Checo es esencialmente un error.
Fernando Alonso no ha conseguido esta vez ser un dios de la lluvia.
Hamilton ha ofrecido una imagen muy poco glamurosa....
En suma: un aceptable principio de temporada. Deseamos que haya mucha lucha en las próximas carreras, y que Lando Norris y McLaren no abusen demasiado.
De Carlos Sainz aún esperamos milagros.
Tigre Tigre