Defenestrar significa tirar a alguien por la ventana. Pero naturalmente no es lo mismo que te tiren por la ventana y lo que te espere abajo sea solo el asfalto, o que te tiren por la ventana y cuando llegues al suelo te encuentres con un mullido colchón para amortiguar el golpe. A Checo Pérez le espera un enorme colchón de billetes, alto como un edificio si fuese en billetes de un dólar.
Y por eso Pérez, el gran Checo, viva México, ha aguantado hasta que el equipo de la bebida energética -que presumiblemente bajará sus ventas brutalmente en México- ha accedido a darle todo el dinero que le correspondía por contrato.
Y a continuación ha empezado el baile del sustituto. Se barajan absolutamente todos los nombres, porque en la Fórmula 1 no hay cosa que sea imposible si se tiene dinero ilimitado; y siempre hay quien lo tiene.
Por supuesto no van a intentar fichar a Lewis Hamilton, y muy improbablemente a Fernando Alonso que por fin tiene a Adrián Newey cerca y supongo no aceptaría. Pero quizá a Carlos Sainz sí le tiren los tejos, aunque se cuentan los mentideros que en su momento Max Verstappen vetó a Carlos..., quizá porque intuye que podría ganarle: son dos escuelas muy distintas y Carlos está en subida libre, como se dice en bolsa, en su rendimiento como piloto.
Se habla también de Colapinto o de Tsunoda, aunque casi todo el mundo piensa que el sustituto del piloto azteca será Lawson. Pero desde aquí no lo creemos demasiado.
Red Bull sin Adrián Newey ya no es para tanto.
Bien hecho, Checo. Has sido un piloto magnífico, un compañero generosísimo con Max Verstappen, has ganado un montón de grandes premios y ahora te vas con el bolsillo bien forrado.
Siempre, desde Las Almas y la F1, nuestro aplauso.
Tigre Tigre