¿Dónde está la sonrisa de Carlos Sainz?

01 de Octubre de 2021
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75-Carlos Sainz rojo y negro

Sube al podio del Gran Premio de Rusia, un gran tercer puesto, y por fin puede beber todo el champán que quiera para celebrarlo. ¿Está contento? Claro, suponemos que sí. Pero ¡Carlos Sainz quería más!

Cuando le entrevistan los chicos de DAZN-Movistar la siempre optimista y voluntariosa Noemí de Miguel pide al piloto madrileño que, por favor, retire un instante la mascarilla para verle la sonrisa.

Carlos retira la mascarilla, y apenas hay sonrisa: una sombrita. Cierto que la sonrisa de Carlos Sainz nunca ha sido un espectáculo permanente como era, y es todavía a la menor ocasión, la de Daniel Ricciardo, pero era, junto a la de su amigo Lando Norris la que transmitía más alegría de vivir de todas las que pueden verse (desde la mirilla que es la pantalla del televisor) en todo el paddock.

Y esa misma sonrisa que a todos nos transmitía alegría de vivir, orgullo compartido por la gran alegría en la que está embarcado Carlos Sainz, que ya gana un sueldo millonario que la mayoría de sus seguidores jamás ganarán, que conduce nada menos que para la mítica Ferrari, esa misma sonrisa de alegría –repetimos y repito– consiguió contagiársela también a su nuevo compañero de equipo: Charles Leclerc.

Ahora esa sonrisa maravillosa de Sainz no está. Entendemos que tiene sus razones, que sus objetivos son muy ambiciosos: ser campeón del mundo, y tiene que tomárselo todo más en serio que jamás. Pero quienes le seguimos y apreciamos, incluso sin conocerlo personalmente todavía, echamos de menos esa sonrisa. Esa sonrisa que transmitía alegría de vivir. La sonrisa de Carlos Sainz: única, maravillosa, genuina.

Tigre tigre.

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