En 2012 a Fernando Alonso, piloto de la escudería Ferrari, se le escapó el Mundial en su lucha contra Sebastian Vettel y Red Bull por sólo tres puntos. Yo le había pasado lo mismo en su primera temporada con Ferrari, por apenas cuatro puntos quedó detrás de Vettel y su Red Bull.
Pero Alonso tenía la seguridad absoluta de que era un piloto mejor que Sebastian Vettel, claramente superior. Y por eso le dijo al mundo que él no estaba compitiendo con Vettel, sino con Adrian Newey.
Empezó a tirar de hilos para conseguir que Ferrari contratarse al ingeniero anglosajón. No lo consiguió y en 2014 el bicampeón español abandonó la escudería de los coches rojos.
Pero jamás se rindió. Alonso nunca se rinde.
Incluso se había retirado y siguió sin rendirse.
CUANDO EL ADIÓS SE SUEÑA HASTA LUEGO.
Volvió.
Renault, McLaren... Todo desastres. Mucho peor incluso que cuando pilotaba un Ferrari.
Pero vio el hueco en la portería del destino cuando quedó un hueco en el proyecto de Lawrence Stroll.
En todo momento el objetivo de Fernando Alonso ha sido conseguir que el ingeniero de su escudería fuese Adrián Newey. Y Strolll padre lo comprendió muy bien, y lo hizo suyo.
De ahí que se encargase el diseño del Valkyrie. De ahí que se regalase a Fernando Alonso, antes que a nadie, un Valkyrie personalizado.
Desde esta sección de Diario16, Las Almas Y La Fórmula 1, siempre hemos sabido que Fernando Alonso no pararía hasta conseguir a Adrian Newey estuviese en su equipo.
Fue él quien le vendió la idea a Stroll padre, en beneficio futuro de Stroll hijo.
"Si yo logro ganar el Mundial de pilotos con el coche diseñado por Newey, cuando yo me retire será tu hijo quien me suceda como campeón mundial".
Y aún me atrevo a llegar más lejos. Por si había alguna duda en la mente del Lawrence Stroll, esta temporada la diferencia entre Lance y Fernando ha sido mucho menor.
Gran parte del arte de conducir reside en saber frenar.
¡A por la treinta y tres! Para empezar.
Tigre Tigre