A los franceses les encanta hablar de las novias de los pilotos de Fórmula 1. De hecho en la revista especializado más prestigiosa de las que se editan en Francia hay, o había, una sección que se titulaba precisamente así: LAS NOVIAS DE LOS PILOTOS.
No es fácil para un piloto encontrar una buena novia. Da la sensación de que apenas tienen donde elegir. Y eso es algo absolutamente cierto aunque a primera vista parezca lo contrario.
El exceso de fama, la potencia de la imagen, hace que a un piloto, a cualquier piloto y a Fernando Alonso en particular que es de quien estamos hablando en este momento, se le acerquen mujeres infinitas sin verlo, sin saber quien es realmente por dentro.
La fama es como una máscara de carnaval.
Y por eso es natural que tiendan a elegir a mujeres que de un modo u otro se muevan en su entorno, que es mucho más pequeño que el de una persona normal.
Que Verstappen se haya casado con la ex de otro piloto e hija de piloto es claramente significativo.
Fernando Alonso siempre se ha caracterizado por protegerse del mundo exterior y moverse a nivel personal en su propio y pequeño mundo. Es alguien muy difícil de conocer personalmente si uno no se mueve en ese pequeño mundo. Es conocida su fidelidad a unos pocos amigos, a los que cuida y protege con su poderío y magia, y la elección de mujeres a las que puede ver realmente, que puedes saber cómo son porque tiene un trato cotidiano con ellas.
Melissa Jiménez, su actual novia, es prueba de ello. Probablemente jamás se habría fijado en la periodista si no se lo hubiese encontrado premio tras premio en el circuito del Gran Circo de la Fórmula 1.
No nos parece ni mejor ni peor, aunque por supuesto es una estrategia inteligente.
Fernando Alonso está casado ante todo con Fernando Alonso. Y pensamos que siempre será así, al menos hasta que cuelgue los guantes.
Le mandamos un abrazo desde LAS ALMAS Y LA F1. Y le deseamos lo mejor. En lo personal y en lo deportivo. En el amor y en la guerra de los bólidos más veloces del mundo.
Tigre Tigre