El fichaje de Dan Fallows, una de las manos derechas de Adrian Newey en Red Bull, por Aston Martin, sirve de pretexto a Liberty Media, y por lo tanto a la FIA, que es su brazo armado, para hacer correr por los vendedores la noticia de que parece muy posible que Fernando Alonso en 2024 pueda estar en la lucha por el mundial.
Sería muy bueno para el negocio que Max Verstappen y Red Bull no dominase en otro año de un modo tan aplastante como en 2023.
En la Ferrari ahora mismo no cree nadie aunque muchos siguen poniéndole buena voluntad.
Mercedes por supuesto está en la alternativa, pero sería mucho mejor para el negocio, y repetimos la palabra NEGOCIO todas las veces que haga falta porque la Fórmula 1 es un gran negocio, y que no fuese la escudería alemana la que destronase a Red Bull sino que lo hicieran cualquier otra.
Y por supuesto Fernando Alonso y su Aston Martin son los candidatos ideales.
Recordemos que en los últimos Grandes Premios de la temporada pasada Aston Martin volvió a levantar la cabeza y el trabajo de Alonso consiguió hacer recuperar la fe a los Stroll, tanto al padre como al hijo.
Los anglosajones llaman WISHFULL THINKING a una suerte de magia basada en que sí mucha gente quiere algo tiene más posibilidades de hacerse realidad.
De eso se trata en el momento actual: wishful thinking.
El mundo entero, la afición, quiere ver a Fernando Alonso luchando de tú a tú -contra quién sea- por ganar otro mundial.
Tigre Tigre