En un artículo publicado hace unos días en LAS ALMAS Y LA F1, un lector, Manuel, nos deja un comentario que nos ha parecido fantástico e inspirador. Nos pregunta si nosotros hemos competido alguna vez en Fórmula 1. Por supuesto que no, pero la pregunta nos ha hecho reflexionar, porque el artículo hablaba del accidente de Verstappen provocado por Hamilton.
Y es cierto que si en una simple discusión, porque nos han rozado el coche, todos perdemos los nervios, es inimaginable pensar que nadie, por muy profesional que sea, puede controlarse a sí mismo al 100% a 300 km por hora y compitiendo con un rival que es tan rápido como él o más.
Agradecemos a Manuel el comentario y entendemos que no hubo dolo, es decir intencionalidad preconcebida, en Hamilton, aunque pensamos que al igual que cualquier conductor urbano puede perder los nervios y soltar un puñetazo también él pudo desear echar a Verstappen de la pista.
Pero estamos de acuerdo con Manuel en que es una situación extraordinaria, y en verdad incontrolable. En derecho podría ser considerado locura transitoria y ser eximente del delito.
No opinamos lo mismo, aunque nunca hayamos competido en Fórmula 1 y ninguna otra categoría, excepto en rallies y hace muchísimo tiempo, del accidente provocado por Valtteri Bottas en el Gran Premio de Hungría.
Ese sí que tiene mala pinta y parece realizado ex profeso. El mismo Fernando Alonso apuntó en la rueda de prensa posterior al Gran Premio de
Hungría:
"Hay quién ha hecho su trabajo de equipo"
No nos gusta la actitud de Mercedes en los últimos grandes premios, ni las declaraciones de Toto Wolff diciendo que un poco de juego sucio está bien. Y quizá un poco de juego sucio esté bien, pero las consecuencias que ha sufrido Red Bull son a todas luces excesivas. Es muy probable que -por desgracia- les acaben costando el campeonato mundial de este año.
Tigre Tigre