Lo han celebrado en Red Bull con la misma euforia y alegría que si hubiesen ganado el Campeonato Mundial de Pilotos. Y en verdad ya lo tienen ganado; muchas trampas tendrían que ponerle los dioses al piloto holandés para que dentro de un mes no tenga en su haber su cuarto Mundial.
Mérito increíble de Max. Sobresaliente. Inasequible al desaliento. El único piloto capaz de adelantar con firmeza y fluidez en la carrera de Interlagos.
Exactamente lo contrario que su teórico rival: Lando Norris. Y decimos teórico porque se ha ido diluyendo él solo apenas, ha conseguido un adelantamiento, sobre George Russell, y para colmo de fracaso a la primera oportunidad el piloto de Mercedes se lo ha devuelto.
Debe de estar al borde de la depresión, Lando Norris. Pobrecito. Quizá tenía coche para haber acabado primero, pero le han faltado valentía y locura. Sí, la locura también es necesaria cuando se pretende hacer lo imposible.
Como es natural Liberty Media ha hecho cuanto estaba en su mano para que Lando Norris alcanzase a Verstappen en la clasificación y que así la afición del mundo entero pudiese disfrutar de un final de campeonato inolvidable, de los que se deciden en la ultimísima carrera.
Pero Verstappen ha sido más fuerte que Liberty Media. Ha sido más fuerte incluso que los dioses y que la suerte esquiva. Ha conseguido sobreponerse al abandono de Adrian Newey. Y hasta se ha permitido ser desafiar a la lluvia y hacer caso omiso de una penalización de cinco posiciones en la parrilla. Salir en el puesto número 17 y acabar ganando la carrera con más de veinte segundos de ventaja es un logro de titanes.
Alucinante e incontestable.
Nos pretenden vender que aún está en liza el Mundial de Constructores, pero eso son negocios y dinero, carece de glamour. No es lo mismo
Hoy en el Gran Circo de la Fórmula 1 el Tigre que es Max Verstappen se lo ha comido todo, ha sido más fuerte y poderoso que todos, rivales y domadores, amigos y enemigos.
Hemos tenido, cierto, un final de carrera aburrido, a pesar la lluvia y la pista resbaladiza, y probablemente tendremos un final de temporada sin grandes alicientes ni batallas épicas. Pero hoy ha quedado claro -negro sobre blanco- quién es el más grande del Gran Circo.
Tal vez la temporada que viene haya Osos y Elefantes capaces de luchar con el gran Max Verstappen. Pero de momento sólo queda admirarlo y aplaudirlo.
Tigre Tigre.