De Carlos Sainz, de Carlos Sainz hijo, hemos dudado todos en algún momento, porque ese es el precio que resulta inevitable pagar si se es hijo de alguien que ha brillado como una estrella del firmamento (o se llega a la Fórmula 1 a través de un padre millonario, léase Lance Stroll).
Pero Carlos Sainz, Carlos Sainz hijo, de quien hemos oído decir, e incluso hemos dicho, que no tenía un talento natural como el de Verstappen o Alonso, pero hoy se nos ha demostrado a todos sin posibilidad de duda que estábamos equivocados.
Cómo clasificó ayer fue increíble e histórico, y cómo se ha defendido hoy -principalmente de su compañero de equipo- prueba su grandeza, talento y valor. Si esa capacidad para exprimir un Fórmula 1 al máximo es aprendida y no natural como la de Alonso o Verstappen sólo podría decirse que aún tiene más mérito.
Que Ferrari haya dejado que Leclerc atacase al piloto español poniendo en riesgo el resultado final de la Scudería en la tabla final resulta muy indicativo.
La filosofía está clara: en Ferrari quieren tener un piloto número 1 y un piloto número 2, y que el piloto número 2 sea Carlos Sainz. Pero Sainz no lo está consintiendo. Y por eso ese podio sabe mejor incluso que un primer puesto, porque Carlos Sainz, el actual Carlos Sainz, ha recibido la admiración y el entusiasmo y el amor absoluto de los tifosi& un río de admiración, un mar entero. Por lo que cuentan todos los pilotos no hay nada comparable con eso. Ya lo decía el primer piloto español en la historia que condujo un Ferrari, el MARQUÉS DE PORTAGO: el amor de la afición italiana, su admiración, vale más que un campeonato entero.
Tigre Tigre