Al batallador Wolff, Toto Wolff, no le cabía la sonrisaza en la cara al final del Gran Premio de Canadá.
En su momento hasta se le escaparon las lágrimas, y por supuesto se le encogió gravemente el corazón, cuando su cómplice, su amigo, el hombre al que había hecho ganar seis títulos mundiales permitiéndole conseguir igualar a Schumacher en siete, le abandonó por un puñado de dólares y para cambiarse de color. Todo al rojo, apostó Lewis Hamilton.
Y Lewis Hamilton, perdió.
El pulso lo gana Toto, Toto Wolff. No sólo Mercedes va por delante de Ferrari en la clasificación del Mundial, sino que el hombre que le abandonó se ha convertido en el segundo piloto de la escudería de Maranello.
Lewis Hamilton convertido en segundo piloto.
Ver para creer. Como escribía Lawrence Durrell en su inolvidable obra maestra, El Cuarteto de Alejandría: "el mundo es como un pepino, hoy lo tienes en la mano, mañana metido en el culo".
Veinticinco puntos saca Charles Leclerc a Lewis Hamilton esta temporada con coches idénticos.
Aunque veintiún puntos ya le había sacado Russell a Hamilton el año pasado, y conduciendo ambos el mismo Mercedes.
El hombre con más pole position de la historia, y también con más victorias, el que ha igualado a Schumacher en títulos mundiales, parece que ya no es el mismo.
Nadie niega los números de Hamilton y la huella que ha dejado en la historia del automovilismo deportivo, pero es normal que Wolff, Toto Wolff, esté más contento que unas campanillas por haberse librado de él. Y, como guinda, su rookie, el jovencísimo Antonelli, que aún no tiene ni carnet de conducir para coches normales, también se subió al podio.
Gran frase la de Durrell sobre "el mundo como pepino".
(No olvidemos que en el mundo de la Fórmula 1 cuando un coche va muy rápido se suele decir que "va como un pepino").
Tigre Tigre