Es un regalo para los aficionados que no haya un favorito absoluto e incontestable para subir al cajón más alto del podio antes de que comience una carrera.
Llevamos dos temporadas espantosas en ese sentido, aunque desde el anuncio de la fuga de Adrian Newey de Red Bull las cosas han empezado a cambiar.
Voy a apuntar aquí un detalle en el que nadie parece haber reparado:
EL OJO DEL AMO ENGORDA AL CABALLO.
Quiero decir que Adrian Newey sabe que se va, pero no lo sabe solo él, también lo saben todos sus subordinados, todas esas piezas humanas que son como los dedos de la mano acostumbrados a moverse por los impulsos eléctricos del cerebro de Newey.
El Red Bull se está desafinando.
De momento Max Verstappen sigue siendo el mismo, y por eso consiguió quedar primero en Emilia Romana, pero no sería raro que también acabase haciéndole mella.
En cualquier caso parece evidente que Max Verstappen no es el favorito incontestable para subirse al cajón con el 1 en el más mítico circuito urbano del calendario de la Fórmula 1.
Max tiene en verdad tantas posibilidades como Fernando Alonso o Checo o Russell o Norris o Leclerc o Hamilton.
Nos hemos atrevido en el título a decir que no va a ser Verstappen quien gane este año porque de algún modo inexplicable lo presentimos y notamos.
Va a ser absolutamente emocionante la clasificación del sábado.
Viva la lluvia, vivan los muros, ¡viva Mónaco!
Tigre Tigre