La cúpula de la Federación Española de Fútbol (RFEF) no ha podido evitar, ni siquiera con querellas de por medio por parte de algunos de sus directivos señalados, que las actuales campeonas del mundo de fútbol y hasta unas 40 futbolistas seleccionables para el combinado nacional mantengan el pulso a la cúpula de la Federación tras la dimisión de Luis Rubiales, investigado por un presunto delito de agresión sexual y coacciones a la jugadora Jenni Hermoso. Las jugadoras siguen exigiendo cambios profundos y estructurales en la institución que rige el destino del fútbol en este país, convulsionado aún tras el escándalo de este verano protagonizado por Rubiales.
La Federación envió un email a las jugadoras ‘rebeldes’ dándoles un ultimátum para responder a su última oferta, algo que no han hecho hasta el momento, por lo que la nueva seleccionadora nacional, Montse Tomé, ofrecerá en las próximas horas una lista de convocadas para el próximo partido oficial del equipo nacional, que se enfrenta a Suecia este viernes 22 en partido oficial de la Nations League, donde no estarán previsiblemente ninguna de las 39 jugadoras que han exigido a la Federación cambios en el organigrama del fútbol femenino: Gabinete de la presidencia, Secretaría General, Área de Comunicación y Marketing y Dirección de Integridad.
Las jugadoras no se fían de la Federación y temen que el mes de plazo anunciado para ejecutar los cambios prometidos sólo sirvan para dilatar el problema y no para solucionarlo realmente
La Federación ha respondido a las jugadoras que los cambios se producirán en el próximo mes, pero la respuesta de las jugadoras a esta dilación en el tiempo ha sido mantener el pulso hasta las últimas consecuencias, por lo que la seleccionadora no podrá contar con la inmensa mayoría de las campeonas del mundo, salvo dos, que sí se han descolgado previamente de la postura común del resto de compañeras del equipo nacional y actuales campeonas del mundo.
El portal Relevo asegura que las jugadoras mantienen su postura porque temen que la Federación solo actúe temporalmente contra los cargos señalados por las campeonas del mundo y no efectúe las reformas “profundas” que exigen a raíz del escándalo Rubiales. De hecho, varios directivos y empleados de la Federación han anunciado que se querellaránpor “coacciones y calumnias” contra estas jugadoras que están exigiendo ceses de forma inmediata como condición para seguir formando parte del equipo nacional, según adelanta El Español.