Los títulos conseguidos por el Real Madrid en los últimos años han tapado el principal problema del club: la gestión nefasta del área deportiva. En la temporada pasada, la Champions, la Liga y la Supercopa de España fueron el bálsamo. Era obvio que la plantilla estaba totalmente descompensada, sobre todo en dos áreas fundamentales para cualquier planteamiento táctico: la delantera y la defensa. Sin embargo, se ganaron títulos y eso lo tapa todo.
Esta temporada la situación es aún peor y las lesiones están mostrando las costuras de una planificación deportiva absolutamente inútil. El año pasado el equipo sólo tenía un delantero, Joselu, y el frente de ataque se cubrió con Vinicius, Rodrygo y la cara se salvó gracias la inesperada eficacia goleadora de Jude Bellingham en la primera parte de la temporada. Pero eran parches.
Este año llegó Kylian Mbappé, tan deseado por el madridismo. Sin embargo, se perdieron elementos que son insustituibles, como Toni Kroos. La dirección deportiva no cubrió las carencias y el Real Madrid está en la situación en la que se encuentra.
Mbappé no es un delantero centro. No es un ‘9’, sino que, tal y como se ha comprobado en su trayectoria en el Mónaco, PSG y Selección Francesa, es más efectivo partiendo desde la izquierda. Sin embargo, esa posición ya estaba ocupada por Vinicius e, incluso, por Rodrygo. El Madrid necesitaba a un delantero centro y Mbappé no cubre esa posición. Para hacer una planificación correcta, uno de los dos brasileños tendría que haber salido porque ambos han demostrado que no rinden igual desde la banda derecha y, desde luego, los dos no tienen el gol que se precisa en un club como el Real Madrid. Si lo que se pretende es que el francés alcance las cifras conseguidas en el PSG o en la Selección (no hay más que comprobar los goles que marcó en el Mundial de Qatar, incluido el que llevó la final a la prórroga) debería jugar en su posición.
En el frente de ataque se ha fichado a Endrick, pero tiene sólo 18 años y necesita aclimatarse al fútbol europeo. Tiene muy buena pinta, está demostrando que tiene instinto goleador y, en muchos movimientos, recuerda a Romario. Pero no se puede dejar la responsabilidad atacante en un joven que acaba de llegar de una liga en la que se juega muy diferente a como se hace en Europa.
Por tanto, el frente de ataque está totalmente descompensado. Sólo un delantero centro, sobrecarga en la banda izquierda y nadie en la derecha.
Respecto al centro del campo, hay overbooking de medias puntas, dos mediocentros defensivos y creación prácticamente nula. Jude Bellingham, Brahim Díaz y Arda Güller son tres jugadores que se enmarcarían en la posición del ‘10’. Llegadores pero ninguno de los tres pueden sostener el peso del centro del campo de un equipo como el Real Madrid, ni por supuesto la creación de juego.
Federico Valverde es un todocampista, pero tampoco es un creador ni sus características se adecúan a iniciar el juego con calidad. De igual manera, ni Aurelien Tchuameni ni Eduardo Camavinga tienen ese perfil, es más, son los que pueden sostener al equipo desde un punto de vista defensivo.
Los únicos centrocampistas que más o menos pueden asumir esas funciones de creación son Luka Modric y Dani Ceballos. El croata tiene una calidad indiscutible, pero él solo no puede sostener el medio campo durante toda la temporada. Respecto al sevillano, ya ha demostrado que le falta mucho para poder hacerse con la titularidad de un equipo como el Real Madrid.
Por tanto, el centro del campo está totalmente descompensado y con enormes carencias que se están demostrando en este inicio de temporada.
En defensa el caos es absoluto, además, las lesiones han descubierto las costuras de una planificación catastrófica. La última, la de Dani Carvajal, ha dejado el lateral derecho con la única respuesta de Lucas Vázquez, lo cual es un parche, porque, aunque el gallego siempre lo deja todo en el campo, no es un lateral, sino un extremo reconvertido.
Ahora mismo, el Madrid sólo cuenta con dos defensas centrales, Antonio Rüdiger y Eder Militao, quien aún se está recuperando de la gravísima lesión de rodilla del año pasado. Un equipo como el Real Madrid no cuenta con más centrales porque David Alaba no tiene fecha de reincorporación, si es que se reincorpora alguna vez.
Ante esta situación, además de la salida de Nacho Fernández en julio, la dirección deportiva del Madrid no acometió el fichaje de ningún defensa central ni la recuperación de Rafa Marín, el canterano que ya había demostrado en su cesión al Deportivo Alavés que es un jugador de primera división que perfectamente podría haber asumido el mismo rol que Nacho.
Respeto al lateral izquierdo, Ferland Mendy es un profesional de su puesto en defensa pero tiene enormes carencias en ataque y, en el fútbol actual, la incorporación de los laterales es fundamental en cualquier sistema de juego para romper las defensas contrarias. Fran García es lo contrario, un lateral ofensivo pero con carencias defensivas.
La portería, quizá, es la única posición que está bien cubierta con Thibaut Courtois y Andriy Lunin.
Y luego está Carlo Ancelotti, quien, por una parte, es víctima de esa nefasta planificación deportiva, pero también es culpable por otras cuestiones como el planteamiento táctico. Habrá quien piense que «Carletto» es incuestionable por los títulos que ha dado a Real Madrid. Sin embargo, todo indica que su ciclo ha terminado.
En este inicio de temporada, se ha visto que no ha sabido resolver problemas que surgen en los partidos, con falta de reacción a la hora de hacer los cambios y con el respeto a determinados roles de vestuario que no eran lo que necesitaba el equipo.
Las carencias defensivas y la ubicación de jugadores fuera de posición están mermando la capacidad que al Real Madrid se le presupone y se le exige. Además, la planificación de la plantilla le impide realizar cambios de sistema que, a priori, parecen obvios. Ahora mismo, el equipo blanco no se puede plantear jugar con tres centrales y dos carrileros largos porque no los tiene. Tampoco puede jugar un 1-4-4-2 puro porque no dispone de jugadores en determinados puestos. Lo mismo sucede si quisiera plantear un 1-4-3-3 o un 1-4-2-3-1.
Ahora el Real Madrid, tras las lesiones de Carvajal y las carencias de defensas centrales se verá, en teoría, obligado a acudir al mercado de invierno y, ahí, se tendrá que gastar el dinero que Florentino Pérez no se quiere gastar porque no se pueden traer parches, como ya sucedió en años anteriores con jugadores como Gravesen o Faubert.
Sin entrar en los nombres que están sonando en la prensa deportiva o las filtraciones interesadas de las agencias de representación, hay muy pocos laterales derechos que podrían ser fichados por el Real Madrid. Pero son caros porque, además, en el fútbol actual hay carencia de laterales. Trent Alexander-Arnold, del Liverpool, termina contrato en junio, pero el Madrid lo necesita ahora y tiene un valor de mercado de 70 millones de euros. Joshua Kimmich, del Bayern Munich, lleva años jugando más en el centro del campo que en el lateral y, además, tiene un valor de mercado de 50 millones de euros y el equipo bávaro no lo va a soltar por más que también termine contrato en junio de 2025. Otros nombres podrían ser Achraf Hakimi, que el PSG preferirá regalarlo a cualquier otro club que a vendérselo al Real Madrid (70 millones), Jeremie Frimpong, del Bayer Leverkusen (50 millones), Ben White, del Arsenal (55 millones) o Pedro Porro, del Tottenham (45 millones). Ninguno de estos está en el mercado. Así que una mala planificación en el verano trae ahora estas consecuencias.
Respecto a los defensas centrales, hay nombres como William Saliba, del Arsenal (80 millones), Alessandro Bastoni, del Inter de Milán (70 millones), Nico Schlotterbeck, del Borussia Dortmund (40 millones), Lisandro Martínez, del Manchester United (50 millones), Edmond Tapsoba, del Bayer Leverkusen (45 millones), Ibrahima Konaté, del Liverpool (45 millones), por citar algunos. Al igual que en el caso de los laterales derechos, ninguno está en el mercado.
En consecuencia, y ante la falta de alternativas de la cantera, el Real Madrid se tendría que gastar en el mercado de enero más de 150 millones. Sin eso, será complicado que se ganen títulos en el año en que llegó Kylian Mbappé. Tal vez, esa sequía sea un paso adelante.