Salía segundo, tranquilamente segundo, en el Gran Premio de Chequia el cada vez más mítico Marc Márquez.
Aunque la tranquilidad no es el lugar favorito de Marc Márquez. Y ya en la primera vuelta había adelantado a Bagnaia, su compañero de equipo en Ducati. Y aunque en la segunda vuelta volvió a perder la posición de líder no tardó en recuperarla.
Pero en esa misma vuelta el horizonte se abre para Marc, aunque de otra manera: en forma de caída de su principal rival en el campeonato, su hermano Alex que, para su desesperación, no sumará ni un solo punto. Y, si Marc aguanta, la distancia entre el primero y el segundo en el Mundial se convertirá en gigantesca, un hito histórico. Sobre todo si acaba primero. Y eso es lo que sucede, que Marc acaba primero. Ocho victorias de doce en lo que va de temporada. El segundo piloto de la historia en alcanzar los 70 triunfos y ya sólo con Valentino Rossi por delante, que logró subir al cajón del podio más cercano al cielo nada menos que 89 veces. Aunque si sigue así Marc Márquez podría alcanzarlo.
Puede tomarse con calma el parón veraniego el Gran Márquez. 381 puntos, 120 más que su hermano.
No hay quien pare al deportista español de mayor éxito del momento, sólo comparable con Carlos Alcaraz, a quien sin embargo la sombra de Jannik Sinner logró opacar en Wimbledon.
Solo nos faltaría Fernando Alonso volviendo a hacerse con un Mundial el año que viene con la bonita montura que le está preparando el ingeniero de la categoría reina del motor más exitoso de todos los tiempos: Adrian Newey.
Disfrutemos.
Tigre Tigre