Marc Márquez es español y es de hielo. El Icemann del motociclismo del siglo XXI.
En el Gran Premio de Qatar parecía que no tenía ritmo en las primeras vueltas. Pero no se trataba de debilidad, sino estrategia, de mimar los neumáticos para que durasen mejor que los de nadie en las últimas vueltas.
123 puntos tiene, tras hacerse con la tercera victoria de la temporada, en Qatar, el piloto español. Le sigue su hermano Alex con 106.
La afición comienza a dar por hecho que Marc conseguirá su noveno título mundial de motociclismo, que sería el séptimo en la máxima categoría de MotoGP.
Aunque en verdad es demasiado pronto para ponerse a vender la piel del oso porque aún nos faltan 18 carreras pues la del 2025 va a ser la edición más larga nunca celebrada con un total de veintidós carreras.
La siguiente será en España, GP España en el circuito de Jerez a la vuelta de la semana Santa.
A sus treinta y dos años el piloto nacido en Cervera, Lérida, está en su mejor momento absoluto después de una temporada en el infierno, como habría dicho el poeta francés Rimbaud.
No cualquiera es capaz de salir del infierno. Y menos aún, después de sobrevivir a las llamas, volver a tocar con la punta de los dedos la piel del cielo.
Que los ángeles del moticiclismo protejan con sus alas mágicas su incontestable talento.
En este momento, y desde este periódico que hasta la fecha jamás se había preocupado por el motociclismo, le estamos descubriendo. Ojalá tengamos la fortuna de cantar a lo largo de esta temporada muchos y brillantes éxitos.
Tigre Tigre