Alcaraz y el arte de ganar ahorrando fuerzas

21 de Junio de 2025
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Alcaraz

Está su padre, Carlos Alcaraz González, con camisa rosa y el gesto relajado en el palco. Su hijo va igualado a cinco juegos en el primer set del partido contra Rinderknech. 

Es un partido sin demasiado interés y tampoco sería demasiado grave si su hijo lo perdiese. Porque lo que importa a estas alturas de la temporada es que se encuentre en plena forma para Wimbledon.
Nunca nos cansamos, ni nos cansaremos, de decir en estos artículos que las joyas de la corona, lo más valioso, qué hay en el mundo del tenis, son Roland Garros y Wimbledon.  Todo lo demás son cosas menores o de "nuevos ricos", si se nos permite la expresión.

Carlitos no va a dejarse ganar, pero tampoco va a dejarse el alma como lo hizo en el partido anterior contra Munar. 

Se limita a mantener su servicio sin demasiado esfuerzo y cuando el primer set está acabando le rompe a su rival el saque. 
En el segundo set sigue la misma táctica, aunque ya en los primeros juegos se impacienta y se pone por delante. 
7-5
6-4

En suma: un partido sencillo, casi aburrido, sin demasiado interés, pero con el principal objetivo cumplido: de ningún modo se podía permitir ni cansarse ni gastarse. 

Su padre, con camisa rosa en el palco, sin apenas inmutarse. Apenas una sonrisa satisfecha y amable al final del partido. Un día más en la oficina.
En esa "oficina" que gira alrededor del maravilloso e incomparable Niño Milagro.
Carlitos el Mago.

Tigre Tigre

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