Resulta extraño verle así, con esa suerte de pinzas sobre la nariz para abrirle los orificios al máximo y que pueda respirar mejor. Esa es la explicación, y además todos sabemos que llegaba a la portuaria ciudad de Rotterdam con problemas respiratorios.
El rival, tampoco es precisamente un tipo de fiar, también podría estar sacado de película de Batman. Tiene al público local a su favor pues es de allí. Y no sólo eso. En el anterior encuentro entre ambos Van de Zandschulp noqueó al mito del Palmar y le sacó de un gran Slam, del USA Open.
El primer juego, sirviendo Carlos Alcaraz, es demasiado largo y difícil, con oportunidades de rotura para el holandés.
El segundo juego es fundamental y el primer punto cae a favor de Van de Zandschulp, también el segundo. 30-0 para el jugador local, quien se acaba llevando el juego sin demasiado esfuerzo.
Entramos en el tercero del primer set. Esa pinza extraña en la nariz que le hace parecer un personaje de película de Batman. Nadie las tiene todas consigo. Aunque lo normal es que gane. Lo que espera la afición, excepto unos pocos, es que Alcaraz gana este partido, porque está ahí para aspirar a todo, para llegar a la final y normalmente ganarla. Pero...
Pero Van de Zandschulp, que parece tener una desconcertante seguridad en sí mismo y ni siquiera se le ve tenso, como si pensara que puede ganar incluso sin esforzarse al máximo. Y quizás sea verdad porque le rompe el servicio Alcaraz en el tercer juego.
Dan ganas de pedirle a Alcaraz que se quite esa pinza de la nariz y empiece a machacarlo.
-Machácalo.
El murciano ni se quita la pinza de la nariz ni le machaca, pero consigue romperle el servicio y poner el marcador del primer set en iguales a dos juegos. Aunque en el quinto juego Van de Zandschulp se vuelve a adelantar. 0-30.
Inquietud general. Y entonces una de las dejadas magistrales e inapelables de Carlos Alcaraz. El mundo vuelve a respirar. Pero solo durante un instante. Alcaraz pierde su servicio por segunda vez consecutiva.
Le queda mucho que remar y no está claro que tenga la suficiente fuerza para hacerlo.
Van de Zandschulp se pone con cuatro juegos de ventaja contra dos. Sólo tendría que mantener su servicio para ganar el primer set.
La cosa pinta muy mal para don Carlitos. Está a punto de perder el primer set. 5-3 y 0-30 a favor del holandés. Pero ahora, al tener tan cerca la oportunidad de victoria, es Van de Zandschulp quien se pone nervioso. Aunque le bastaría con conservar su servicio para ganar el set.
Alcaraz, en el tiempo de descanso, se suena la nariz, bebe líquidos, y coloca las botellas de plástico como soldaditos perfectamente alineados, al modo de Nadal, invocando la magia de su ídolo.
El set está perdido. Bola de uno a cero para Van de Zandschulp. Y entonces los dioses le dan una oportunidad a Carlos Alcaraz. Doble falta del holandés. Yus.
Ventaja para Alcaraz.
Cañonazo sobre la línea. Jugándosela.
Juego Alcaraz. 5-5. Volvemos a empezar.
Alcaraz sube el nivel. Ya no parece un personaje de Batman, parece el mismísimo Batman.
A Van de Zandschulp te toca acariciar su raqueta, ponerse a rezar, y a llamar mentalmente a su mamá. Alcaraz ya está por delante, y tiene como mínimo el tie break garantizado. Sirve el holandés.
Tie break.
Alcaraz pierde su primer punto de servicio, pero gana los dos siguientes arrebatándoselos a Van de Zandschulp.
El viento ha cambiado de dirección. 4-1 a favor de don Carlos, que ahora está incontestable y brutal.
5-1.
7-3.
El primer set es suyo. Vamos a por el segundo.
Van solo 1-1, pero se nota en la cara de Van de Zandschulp que duda de sus propias posibilidades. Aun así lucha con furia y con el aliento del público detrás. Escala hasta 5-3 a su favor y tiene una bola de set. Alcaraz la neutraliza. Yus. Pero sirve Van de Zandschulp. Y sigue yendo 5-3.
Segunda bola de set para el holandés. Esta vez no la desperdicia.
Iguales a uno.
Al murciano le cuesta. No está bien físicamente. Tiene que hacer un esfuerzo. Normalmente cuanto más largo es un partido más posibilidades tiene Alcaraz, pero en esta ocasión lo va a tener complicado. Su color de piel es casi macilento. Nadie podría decir, sin mentir, que tiene buena cara. Esa pinza en la nariz...
Aun así en el tercer set consigue empezar rompiendo el servicio a su rival. Colocarse 3-0.
Y finalmenteel tercer set -con dejadita de la casa en el punto final- es suyo. 6-1.
Que se prepare el siguiente, que el torneo de Rotterdam -aunque no tiene pinta de que vaya a ser fácil para el español- no ha hecho más que comenzar.
Tigre Tigre