Después de la derrota de Sinner, Janik Killer, como le llamaba Carretero, Roberto Carretero (¿qué ha sido de él?), derrota moral porque la desgracia de otro fue la suerte de él, estaba la afición con la mosca tras la oreja: todos pensábamos que al Killer sólo le podría parar el sheriff Alcaraz. Pero si Janick Sinner era vulnerable.... dejaba la puerta abierta al pensamiento de que Carlos Alcaraz también podría serlo.
El primer set no hizo sino subir la fiebre del miedo entre los seguidores del Mito del Palmar. Cameron Norrie, que ni siquiera era un top 10, le rompió el servicio en el primer saque del primer set.
Las manos subiéndose a la cabeza, ¡socorro, que pasa aquí?
Nada, no pasaba nada. Charly enseguida recuperó el control de la situación y a partir del tercer o cuarto juego en la pista había dos jugadores que compartían una certeza clara. Uno sabía que iba a ganar y el otro sabía que iba a perder.
Y así sucedió. ¿Se recuperará el taimado Janick Sinner y aguantará hasta la final para enfrentarse con Alcaraz? ¿Le conseguirá derrotar Novak Djokovic y será el el rival de Alcaraz?
El siguiente escalón que debe subir el tenista que defiende el título de Wimbledon es Taylor Fritz. No parece tan sencillo como con Cameron; Taylor no es un rival de esos que saben que van a perder... ¿o sí?
Wait and see.
Se lo contarán a la clientela de Movistar el siempre correcto Alex Corretja y el brillante y bienintencionado Feliciano López, Feli para los amigos....
Hay una guerra en el mundo de los comentaristas de tenis, pero nadie habla de ella. Como diría el incontestablemente genial Salvador Dalí: nosotros también.
Tigre Tigre