Estaba siendo un bonito partido. Interesante. Aunque en el segundo set, cuando cuando Alcaraz ya ganaba a Musetti 4-0, la superioridad empezó a resultar un poco sospechosa. Confieso que yo no me habría dado cuenta, pero estaba escuchando a Carretero, el gran Roberto Carretero, quien ya en ese set advirtió que algo le sucedía al tenista italiano. Y, en efecto, algo le sucedía. Como mínimo calambres en las piernas y quizá algo más.
Me hizo pensar en aquel Roland Garros en el que Carlos Alcaraz sufrió por primera vez en su vida calambres en las piernas jugando contra Djokovic, en las semifinales de 2023.
Pero a diferencia de lo que hizo en Roland Garros el mejor jugador de tenis de todos los tiempos, si tenemos que hacer caso a las estadísticas, Carlos Alcaraz se ha portado con Musetti como un caballero ni ha alardeado de su triunfo ni le tiraba ninguna bola que le obligara a correr por la pista. Recordará la afición que Novak Djokovic en la citada semifinal en Roland Garros cuando Alcaraz no podía moverse, ni apenas siquiera arrastrarse celebraba sus puntos ganadores, contra el cojo, con auténticos aullidos de felicidad y alegría.
No todo son estadísticas. Y no es que no admiremos a Novak Djokovic, es imposible no hacerlo, pero aún admirándolo si le comparamos con Carlos Alcaraz es evidente cuál de los dos tiene más clase.
Tigre Tigre