Estaba viendo el partido en la tranquilidad de la noche, eran más de las tres, y cuando empezó el segundo set ya tenía el título del artículo en la cabeza: Alcaraz pasa de ronda en Cincinnati sin despeinarse.
Ni siquiera era necesario mencionar a Monfils..., pero desde luego ahora es imprescindible hablar de él, porque se lo ha ganado. Se lo ha ganado ganando a Carlitos.
El partido se interrumpió ayer a causa de la lluvia cuando estaban en el Tie Break del segundo set. Todos pensaban, nosotros también, que Alcaraz llegaría lleno de energía recuperaría el mini break en contra en el Tie Break y se haría con el partido. Pero no. Monfils le machacó en el Tie Break del segundo set. Y dominó el tercero (a pesar de que jugó bastante mal y con profusión de errores).
Fue en ese tercer set donde Alcaraz se descontroló como no lo habíamos visto nunca, de un modo para mí inesperado, porque recuerdo ver una vez a Medvedev rompiendo la raqueta -tampoco le pega mucho- y pensé: eso jamás lo haría el Gran Carlitos.
Pero sí: una vez más "pero sí". Alcaraz la emprendió con su raqueta hasta destrozarla con una rabia que no conocíamos en él.
En el artículo anterior de esta sección de Diario 16, Match Point, especulábamos con la posibilidad de que Alcaraz y su equipo decidiesen reservarse para el Open USA y no se preocupasen lo más mínimo si caían muy pronto en el torneo de Cincinnati. Ya había pasado en el Open de Madrid y también en el torneo de Queens, si mal no recuerdo.
Al cabo aquí LA BESTIA NEGRA del Muro del Palmar se llama Novak y se apellida Djokovic.
Y es a Djokovic a quien queremos todos que gane, y queremos que le gane en un Grand Slam. Queremos que le gane en la final del Open USA y que consiga tres Grandes este año.
Naturalmente cuesta mucho imaginar que lo sucedido hoy ha sido planeado, una estrategia del equipo que, por supuesto, jamás le diría que se dejara ganar, pero sí -quizá- que no se esforzara demasiado y evitase "gastarse".
No sabemos, claro. Son solo sensaciones y opiniones de los que vemos los toros desde la barrera y amamos pensar y especular. En esa dirección es evidente que Carlitos va a estar menos cansado a partir del 26 de agosto, cuando comience el cuarto Grande Del Tenis de esta temporada. El Open USA.
Allí le veremos jugar -seguro- como el incomparable tenista de raza que es, capaz de derrotar con una raqueta en la mano hasta al mismísimo diablo (y no es que consideremos que Novak Djokovic sea en verdad el diablo).
Semper fidelis, Carlos.
Tigre Tigre