Al circo de Feliciano, Feliciano el extenista, no confundir con Feliciano, José Feliciano, el cantante, no paran de crecerle los enanos, y hasta a las más bellas trapecistas les salen verrugas por todos lados.
El pistoletazo de salida lo dio Carlos Alcaraz, diciendo que no jugaba...., y es interesante puntualizar que ese NO JUGABA no se debía a una lesión grave en este momento, sino a la posibilidad de que sobreviniese alguna si lo hiciese.
Rápidamente Rune, su rival, y verdugo, en el Godó, también se sintió un poco malito y dejó un partido a medias.
Monfils, uno de los más veteranos del circo del tenis, hizo lo mismo y ni siquiera jugó.
Badosa también desapareció del cartel.
Y ahora Djokovic. Djokovic, a quien no simpatizó que López, Feliciano López, el extenista, tirase de las orejas a Carlos Alcaraz. Y respondió a la cabeza visible de un torneo que amenaza con convertirse en el más gafe del circuito con dos ediciones consecutivas de abandonos dolorosísimos, que él, Novak Djokovic estaba allí SIMPLEMENTE PARA ENTRENAR PARA ROLAND GARROS.
Y lo ha demostrado. Arnaldi, un italiano de veintitres años que no ha ganado ningún torneo en su vida derrotó en la segunda ronda
al tenista más grande de todos los tiempos (estadísticamente hablando).
Tampoco es que Djokovic se haya dejado ganar, pero en verdad en verdad os digo, queridos hermanos amantes del deporte de la raqueta, que si en lugar de en Madrid hubiésemos estado en París jugandonos el Roland Garros, el joven Arnaldi no gana el viejo Djokovic ni con la ayuda del gran brujo que desde hace dos años esta gafando, echando mal de ojo, al Open de la capital del reino. Open que quizá acabe perdiendo hasta al patrocinador que le da su segundo nombre.
Algo están haciendo mal en la llamada Caja Mágica de Madrid. Mad Madrid. O quizá muchas cosas. Lo del poderoso brujo al que han enfadado puede parecer fantasioso, pero es una bonita manera literaria de explicarlo.
Tigre Tigre