Alcaraz ha avanzado a semifinales en el US Open mientras Corretja libraba una batalla paralela. El camino de Carlos Alcaraz en el US Open sigue siendo imparable. "El Murciano de los Huevos de Oro", demostró una vez más su superioridad al despachar con un rotundo 6-3, 6-3, 6-4 al checo Jiri Lehecka, asegurando su billete a las semifinales. Su actuación fue una clase magistral de tenis, dejando pocas dudas sobre sus intenciones de volver a hacerse con el primer Grand Slam que consiguió en su carrera.
Fuera de la pista, la transmisión del partido en la cadena que tiene una estrella en su nombre nos ofreció un drama completamente diferente, protagonizado por los comentaristas elegidos para locutar el partido.
El encuentro fue narrado por la pareja ¿de moda? (no por su química, sino por el contraste que representan: el siempre impecable Álex Corretja y el desafortunado Feliciano López). El calvario de Corretja comenzó nada más abrir los micrófonos, cuando López, con la mejor de las intenciones, pronosticó un partido "muy reñido". Dada la fama de gafe que acompaña a Feliciano, especialmente después de sus experiencias como director del Open de Madrid, su comentario se sintió casi como una garantía de que Alcaraz arrasaría a su oponente.
A lo largo de la retransmisión, el público pudo ser testigo de la infinita paciencia de Corretja, que tuvo que dedicarse a traducir el peculiar "argot" de su compañero. Cuando Feli se refería a un jugador como "enchufado", Álex tenía que intervenir para aclarar que, en lenguaje tenístico, eso se traduce en "inspirado y en su mejor momento". Una lección de profesionalismo y estoicismo digna de mención. No dudamos de que Feliciano sea un "buen chaval" con la mejor de las intenciones, pero como comentarista no le llega a la suela de los zapatos a otros profesionales.
Ya hemos señalado en otros artículos que la etiqueta de "Carlitos" suena obsoleta para referirse a Alcaraz. Con su actual corte de pelo, el "Mito de El Palmar" impone un respeto que dista mucho de la imagen de un joven inocente. Su presencia en la pista es la de un campeón consagrado, y su tenis, una fuerza de la naturaleza.
Alcaraz ya está en semifinales, y los aficionados esperan que su genio y su fortaleza, tanto física como mental, sean inmunes al efecto gafe que, sin ninguna mala voluntad por su parte, parece emanar del nuevo comentarista que nos ha caído en suerte. A Álex Corretja habría que darle un premio a la paciencia.
Tigre Tigre