¿Quién es Batman sin el Joker, Supermán sin Lex Luthor, Sherlock Holmes sin Moriarty? Nadie logra ser verdaderamente grande, por mucho que crezca, si no tiene un archienemigo.
Es por eso que el bueno (al menos bueno como tenista) de Novak Djokovic repite cada vez que puede que él tuvo uno, un archienemigo, el gran Nadal, y que de las nueve veces que se enfrentaron uno ganó cuatro partidos y el otro cinco.
Carlos Alcaraz no tenía archienemigo. Sí, se hablaba de Rune… pero a Rune se lo come; se hablaba también de Sinner, a quien incluso desde aquí hemos llamado s Bestia Negra, la Bestia Negra de Alcaraz, pero era más un proyecto de enemigo que alguien verdaderamente temido, alguien a quien fuese necesario derrotar a cualquier precio, por encima de todo y de todos; incluso por encima de uno mismo.
Alcaraz no tenía archienemigo.
Hasta Roland Garros.
Hasta que el tipo que tenía enfrente se olvidó de cualquier caballerosidad y cortesía y empezó a celebrar los puntos que le ganaba cuando Carlitos (más Carlitos que nunca) se arrastraba cojeando y como podía por la pista.
Y entonces sucedió. Comprendió que se estaba enfrentando con el lado oscuro, como se le llama en la Guerra de las Galaxias, que Novak era tan despiadado e inmoral como Darth Vaider, y que su obligación como Caballero Jedi era derrotarlo.
Probablemente Novak no lo pretendía, no deseaba hacerle semejante regalo a Alcaraz. O quizá sí. Porque ¿quién es el Joker sin Batman, Moriarty sin Holmes? No serían nadie, ningún editor habría publicado aventuras protagonizadas sólo por ellos, por los oscuros y malvados.
El gran regalo de Djokovic en Roland Garros a Carlos Alcaraz fue convertirse en su enemigo.
Y ahora le va a tocar, en Winbledon, para sorpresa de los mediocres que ya querían ningunear a Charly Carlitos, enfrentarse a lo que más temen los oscuros: a la ira del justo.
Alcaraz se muere de ganas de comerse a Djokovic, de ponerlo en su sitio. Al cabo ya le derrotó la primera vez que se enfrentaron en el Open de Madrid. Y en Roland Garros, él lo sabe, ambos lo saben, también le habría vencido, si el serbio no hubiese utilizado los más negros recursos de La Fuerza.
Creemos que Alcaraz podrá con Djokovic, pero muy improbablemente será un simple paseo, como fue el partido con Medvedev y muchos otros (Mateo Berretini no llegó a ser terrorífico). No, será una batalla inolvidable; o al menos eso queremos. El joven héroe, el que sonríe todo el tiempo y cae bien a la práctica totalidad del público, contra el Oscuro Dominante… reconozcamos que el papel de Novak es una maravilla, y también mola muchísimo.
Aplaudiremos a quien gane, sea Caballero Jedi o alguien que recurra a todas las tretas sucias que ha ido aprendiendo a lo largo de su muy largo camino.
Que la Fuerza te acompañe, Carlitos.
Tigre Tigre