Imagina que eres Rafa Nadal

26 de Mayo de 2025
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Rafa Nadal

Es veinticinco de mayo de 2025. Acabas de entrar en la pista central de Roland Garros, la Court Philippe Chatrier. No hay ni un solo asiento libre.  Y no han venido para verte jugar, como ha sucedido durante más de 20 años. Han venido sólo para aplaudirte. Incondicionalmente. 

En las pantallas gigantes de televisión te ves a ti mismo en 2004 con el pelo largo y el aspecto de tener energía suficiente como para parar un camión con la sola fuerza de tus piernas y tus brazos. Te ves a ti mismo repetido muchas veces, con cintas de diversos colores sujetándote el pelo, con gorras de todo tipo. 

Gritando, sacando el puño, dejándote resbalar sobre la pista para acabar tumbado de espaldas sobre la arena rojiza de Roland Garros y abriendo los brazos en cruz, como si fueras un Jesucristo. 

Besas la Copa, y también la muerdes (cuando aún no sabías que estabas haciendo historia incluso con ese pequeño gesto, que los tenistas del futuro morderían las copas en homenaje a ti). 

Tengo la gran suerte de que estéis hoy aquí- dices dedicando tus palabras a tus dos abuelas, porque aún tienes abuelas, has ganado Roland Garros más veces que lo haya ganado nadie con gran diferencia y es muy probable que nadie jamás te llegue a superar. Y después de hacer eso aún tienes abuelas. Porque para eso sigues siendo un chaval. Un chaval que tiene un público casi infinito e incondicional. 

Eres Rafael Nadal y te emocionas mientras hablas. Haces llorar a Mary,  tu mujer,  cuando le dices, se te ha perdido una hoja de los papeles pero improvisas con facilidad, que es tu mejor compañera de vida. 

Todos los capos el mejor torneo en tierra batida del mundo bajan a la pista para abrazarte y felicitarte. Todos los mejores tenistas de la historia te brindan su admiración y respeto. 

Eres Rafael Nadal. 

Es fantástico...., pero es prácticamente igual de fantástico si, sin llamarte Rafael Nadal, lo estás viendo y te estas identificando con él, porque eso es lo que has hecho siempre en sus partidos. Eras él. Ponías tu corazón y tu magia, grande o pequeña, a su servicio, aunque estuvieras a más de 1.000 km de distancia. Y cuando ganaba Rafa Nadal ganabas tú. 

Por eso hoy te aplaudo, espectador, amante del tenis que puedes estar en cualquier lugar del mundo, porque hoy en París te han homenajeado a ti, también a ti. Rafael Nadal, no lo olvides nunca -y quiérete y admirate-, eres también tú. 

Tigre Tigre

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