El primer partido de Alcaraz en el máster 1000 de Indian Wells se ha resuelto sin mayores problemas. En un principio parece que Carlitos -últimamente hay una cierta tendencia a volver a llamarle Carlitos- se lo va a tomar totalmente en serio y que un máster 1000 le parece suficiente, aunque por supuesto no le pone tanto como un Grand Slam.
Diga lo que diga el reglamento de la ATP ganar dos Grand Slam el mismo año es mucho más que ser el número uno de su clasificación plagada de pequeños torneos que no presentan demasiados alicientes para los grandes campeones, como es el caso de Alcaraz Garfia.
En la siguiente ronda se enfrenta a un jugador interesante: el sapo Valof, como le llama el niño del tercero.
Denis Shapovalov. Zurdo. Canadiense. Importante lesión de rodilla. Un par de años lejos del TOP 100. Derrotado recientemente por Davidovich en Acapulco. Hambriento, y dispuesto a ponérselo lo más difícil posible a Carlos Alcaraz.
Se puede esperar un buen partido.
Indian Wells también nos ha dado la alegría de volver a escuchar a Roberto Carretero comentando. Locutando.
Yo lo hemos dicho otras veces: nos gusta Carretero. No porque sepa más o menos de tenis que otros comentaristas, todos saben muchísimo, como es natural, sino por su capacidad narrativa. El general vemos el tenis, cuando es posible, en la pista o al menos en versión original. Pero con Roberto Carretero merece la pena hacer una excepción: es un tipo capaz de sorprenderse a sí mismo cuando está comentando. Eso no tiene precio. La mayoría, casi todos, circulan por la autopista del periodismo deportivo: carriles anchos y límites bien definidos. Carretero, por el contrario, se lanza al monte al menor pretexto. Carretero dice lo que le da la gana y con gran frecuencia logra sorprender. Sorprendernos. Descubrir registros nuevos.
En ese sentido, como comentarista, es muy parecido a Carlos Alcaraz como tenista. Esos golpes que solo se le ocurren al Mito del Palmar -y que en realidad ni siquiera se le ocurren, simplemente los ejecuta porque está jugando más allá de sí mismo- tienen su paralelo en los comentarios de Roberto Carretero. En mi optimismo de narrador amante de las narraciones he llegado a soñar, desear, que Roberto carretero locutase todos los partidos de Alcaraz como hace Antonio Lobato en la Fórmula 1 con Fernando Alonso. Pero ya me he dado cuenta que era demasiado pedir, y que no son mundos comparables.
Me he extendido un poco, pido disculpas. Bienvenidos ambos: Alcaraz y Carretero.
Que siga la fiesta. Qué Alcaraz no deje al Sapo convertirse en príncipe, ni en princesa, y suba hasta el siguiente escalón del torneo. Y a ver que nos cuenta don Roberto sobre el partido de Djokovic, que vamos a ver ahora mismo. En cuanto acabemos el pequeño trabajo de dictar el artículo. Aunque tampoco estamos seguros de que los comentarios vayan a ser suyos y de su compañero, el también excelente, Señor Mielgo.
Tigre Tigre